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La Jornada

 

. Un nuevo análisis de Amnistía Internacional (AI) reveló que al menos 7 mil personas trabajadoras de la salud han muerto en todo el mundo después de contraer Covid-19, de las cuales mil 320 fallecieron en México, lo cual significa “la cifra más alta conocida para un solo país”.

En un comunicado, la organización de derechos destacó el caso de México, donde “el número oficial de muertes de personas trabajadoras de la salud ha llegado a la cifra sobrecogedora de mil 320 personas. Al 25 de agosto, el Ministerio de Salud de México confirmó 97 mil 632 casos de Covid-19 entre las personas trabajadoras de la salud”.

AI destacó que “se ha informado que las personas encargadas de la limpieza en los hospitales de México son especialmente vulnerables a la infección. Muchas de ellas están subcontratadas, lo que significa que tienen menos protección.

“En mayo, Amnistía Internacional documentó el caso de Don Alejandro, de 70 años de edad, quien trabaja limpiando instalaciones de hospitales estatales en la Ciudad de México. Don Alejandro dijo a Amnistía Internacional que solicitó su reasignación a zonas administrativas, debido a su perfil de riesgo ante el COVID-19, precisó que su empleador accedió a esa solicitud pero redujo sus ingresos en aproximadamente un 16 por ciento.

De igual manera, AI destacó el hecho de que “el gobierno mexicano lleva un registro detallado de muertes de personas trabajadoras de la salud, con datos desglosados por edad, género y profesión. Esta transparencia es esencial y todos los países deberían poner a disposición este tipo de detalles; también puede servir para explicar las inquietantes cifras de México en relación con otros países”.

Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de AI, subrayó en el comunicado que “el hecho de que más de 7 mil personas mueran mientras intentan salvar a otras es una crisis de una escala asombrosa. Todas las personas trabajadoras de la salud tienen derecho a estar seguras en el trabajo, es un escándalo que tantos estén pagando el precio final”.

El especialista añadió que “tras muchos meses de pandemia, las personas trabajadoras de la salud siguen muriendo a un ritmo espantoso en países como México, Brasil y Estados Unidos, mientras que la rápida propagación de las infecciones en Sudáfrica y la India demuestra la necesidad de que todos los Estados tomen medidas.

“Debe haber una cooperación mundial para asegurar que todas las personas trabajadoras de la salud reciban el equipo de protección adecuado, para que puedan continuar su trabajo vital sin arriesgar sus propias vidas”.

En el informe “Expuesto, acallado y atacado”, del 13 de julio de 2020, AI encontró que más de 3 mil personas trabajadoras de la salud habían muerto en el mundo después de contraer Covid-19. Las últimas cifras se deben al aumento de las tasas de dicha enfermedad en varios países, así como a la disponibilidad de nuevas fuentes de datos.

Los países con las cifras más altas estimadas de trabajadores de la salud que han muerto a causa de Covid-19 son México (mil 320), Estados Unidos (mil 077), Reino Unido (649), Brasil (634), Rusia (631), India (573), Sudáfrica (240), Italia (188), Perú (183), Irán (164) y Egipto (159).

La organización señaló que es posible que las cifras de los países no siempre sean directamente comparables debido a los diferentes métodos utilizados para reunir los datos, así como por las definiciones de las personas trabajadoras de la salud utilizadas en los distintos países.

Es probable, añadió, que estas cifras tengan una subestimación significativa, debido al subregistro de muchos de los países incluidos en el análisis.

Foto de Marco Peláez.