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El obispo emérito de Culiacán, Benjamín Jiménez Hernández, de 82 años, perdió la vida a consecuencias del covid-19.

  JESÚS BUSTAMANTE/CORRESPONSAL.

Foto: Especial

El obispo emérito de Culiacán, Benjamín Jiménez Hernández, de 82 años, perdió la vida a consecuencias del covid-19.

Desde hace varios días se encontraba intubado en una clínica de Hermosillo, Sonora.

La vocería de la Diócesis de Culiacán informó que Monseñor Benjamín Jiménez se contagió a principios de noviembre, pero luego de ser intubado le detectaron daños pulmonares y cardiacos, los cuales provocaron su muerte.

Benjamín Jiménez nació el 31 de marzo de 1938 en la ciudad de Pénjamo, Guanajuato, y recibió la ordenación presbiteral en 1963, hasta que luego de varios estudios fue ordenado obispo por el nuncio Apostólico de México en 1989, pasando a ser obispo auxiliar de Culiacán.

En diciembre de 1993 inició su ministerio episcopal como obispo de Culiacán, convirtiéndose en el tercer obispo de la ciudad, donde sirvió hasta 2011, cuando le fue aceptada su renuncia, y se convirtió en obispo emérito.

La Catedral de Culiacán tiene una cripta episcopal, por lo que se espera que su cuerpo sea trasladado a la ciudad para ser depositado en este lugar, donde ya se encuentran los restos de su antecesor.