Las bancadas de PRI, PAN y PRD en la Cámara de Diputados presentarán en la sesión ordinaria de este martes una solicitud a la Secretaría de Salud, para que en la segunda etapa de vacunación contra el coronavirus, se incluya a los odontólogos, asistentes dentales y practicantes de universidades públicas y privadas, ante el riesgo que tienen al atender a pacientes sin protección.
También, se plantea que la secretaría implemente un programa adecuado de detección de Covid-19 a los profesionales y estudiantes de esta especialidad, y además se solicitará a la Secretaría de Economía crear un programa de apoyo económico para el gremio odontológico, así como para facultades de odontología públicas y privadas que realicen prácticas clínicas.
El punto de acuerdo que plantean los legisladores resalta: “Toda vez que estos profesionales de la salud están en contacto directo con la cavidad bucal y la saliva de los pacientes generando aerosoles durante la consulta dental siendo ésta la principal vía de contagio de la enfermedad… esta profesión es considerada como de muy alto riesgo dentro de la clasificación de trabajadores por ocupación y vulnerabilidad para contraer la enfermedad por parte de la Secretaría de Salud y la Secretaría del Trabajo”.
La petición es suscrita entre otros por los diputados del PRI Dulce María Sauri -presidenta de la cámara-, Enrique Ochoa Reza; los panistas Patricia Terrazas y Éctor Jaime Ramírez Barba, y por el PRD, Abril Alcalá y Mónica Almeida.
En las consideraciones, los legisladores expresan que, según especialistas, el gobierno federal no ha mencionado a los odontólogos entre los especialistas para recibir algún tipo de apoyo económico o incentivo fiscal ante la pandemia ni que estén considerados para la vacunación.
“Los integrantes de este gremio han tenido que invertir cantidades muy importantes en medidas de bioseguridad y equipo de protección personal, nóminas y gastos para sacar adelante sus clínicas. Algunos se han visto en la necesidad de cerrar sus consultorios por presiones económicas. A ésta situación, se sumaron padecimientos como estrés y depresión ya que, al igual que el personal de salud al frente del combate de la pandemia en los hospitales, los dentistas han padecido contagio y muerte por la enfermedad”, resalta.
También refiere que, si bien las escuelas de odontología, de universidades públicas y privadas, han propuesto algunos planes de bioseguridad, no cuentan con los recursos económicos para llevarlos a cabo y, por lo tanto, no están en condiciones de retomar sus actividades prácticas.
Destinar recursos económicos suficientes para garantizar la seguridad de profesores y alumnos es necesario para evitar que las prácticas clínicas se conviertan en un foco de infección y para salvar a las generaciones de odontólogos con vacunas e instalaciones adecuadas, indica.
Los diputados plantean que el gobierno federal necesita valorar que las escuelas y facultades de odontología de estas instituciones de educación superior cumplen con la importante función social de dar atención dental a una gran parte de la población con escasos recursos y que, a su vez, ha tenido que suspender la atención de sus problemas dentales.
El documento alerta que la interacción entre odontólogo y paciente no solo representa un riesgo de contagio para ambos, sino también entre pacientes que visitan la clínica, personal de los consultorios y sus familias.
“El peligro reside en que los pacientes pueden visitar al dentista siendo portadores de la enfermedad sin saberlo. Se estima que alrededor del 60 por ciento de los casos son asintomáticos. A esto se suma que el gremio odontológico no cuenta con recursos suficientes para realizarse pruebas PCR y detectar casos de covid. En consecuencia, los profesionales, pasantes, personal y estudiantes no tienen la posibilidad de prevenir y romper las cadenas de contagio”, explica.