EL AMOR EN LA LITERATURA HISPANOAMERICANA EN EL SIGLO XIX. (IV)

La Calandria.

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

La literatura mexicana del siglo XIX tiene nombres ilustres entre los que se encuentran Manuel Payno, Guillermo Prieto, Vicente Riva Palacio, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Acuña, y dentro de esta amplia gama de hombres egregios nos encontraremos con el gran escritor veracruzano llamado Rafael Delgado. El Maestro Rafael Delgado es originario de la ciudad de Córdoba, Ver. siendo aún niño sus padres se fueron a vivir a Orizaba y será en esta ciudad donde desarrollará su carrera literaria, dentro de la amplia obra producida por el Maestro Delgado sobresalen dos novelas clásicas de la literatura mexicana tituladas: “Los parientes pobres” y “La Calandria”, y precisamente con “La Calandria” concluiremos el presente mes literario dedicado al amor en la literatura.

Si bien el Maestro Rafael Delgado vivió la mayor parte de su vida en Orizaba, (ciudad que el Maestro en toda su obra la llama Pluviosilla), también tuvo una fuerte presencia en Xalapa, Ver. Para escribir y tratar de enriquecer el presente artículo consulté al Maestro Vicente Espino Jara quien es Cronista de la ciudad de Xalapa, y sin exageraciones y falsos elogios un hombre formado, culto, ilustrado, el Cronista amablemente me comentó que el Maestro Delgado fue estudiante del Colegio Preparatorio de Xalapa, y que años después regresó a esta histórica y bella institución como Catedrático impartiendo la materia de Literatura, además, me comentó el Cronista Vicente Espino que en el salón de actos del Colegio Preparatorio de Xalapa se encuentra un retrato al óleo de Rafael Delgado el cual fue pintado en 1914 por el célebre pintor español radicado en Xalapa, Joan Bernadet y Aguilar, otro dato muy valioso consiste en que el libro de Rafael Delgado titulado: “Lecciones de Literatura”, en la portada señala que la obra está escrita para los alumnos del Colegio Preparatorio de Xalapa, la obra fue publicada en 1904.

Teniendo claro los orígenes y lugares donde vivió la mayor parte de su tiempo el Maestro Delgado, comprenderemos porque sus novelas tienen como escenario central la ciudad de Pluviosilla (Orizaba). En el caso puntual de la novela: “La Calandria” toda la historia se desarrolla entre Pluviosilla y el pueblito de San Andrés Xochiapan, pero Xalapa no queda fuera de la historia porque Don Eduardo Ortiz conoce a Guadalupe (mamá de la calandria) en Xalapa, Ver. “La Calandria” es una novela realista, con historias provincianas donde se describe la bella naturaleza de Pluviosilla, la idiosincrasia de esa sociedad, pero, Rafael Delgado incluye una fuerte crítica a esas sociedades jerarquizadas, desiguales, elitistas, prejuiciadas, insensibles, antipáticas, de hecho, la joven Carmen apodada la calandria será víctima de esta sociedad inhumana y de doble moral, porque Carmen amó, cantó bello como una calandria, y al final el fuerte canto de amor que sentía en su corazón no fue escuchado ni valorado.

La novela inicia con la muerte de Guadalupe, esta pobre mujer de 35 años de edad la mayor parte de su vida la vivió en plena pobreza, tuvo que trabajar de lavadora y planchadora en el día y en las noches de costurera para poder alimentar a su única hija llamada Carmen. Tanto Guadalupe como su hija son descritas muy bellas físicamente. El papá de Carmen es el señor Eduardo Ortiz, hombre rico, poderoso, que de joven vivió momentos de pasión con Guadalupe de los cuales nació Carmen, pero un hombre de su riqueza y alcurnia en aquellas sociedades no podía casarse con una mujer humilde, aunque fuera bella. En la historia nos encontramos que Don Eduardo vive con su hija Lola, y ayuda económicamente a Guadalupe para la manutención de Carmen.

Al morir Lupe, su hija Carmen se fue a vivir con una amiga de su mamá llamada Panchita, todos ellos vivían en un edificio tipo vecindad, con Panchita vivía su único hijo llamado Gabriel, desde un inicio el lector sabe que Gabriel está enamorado de Carmen, y con el paso de la lectura rápidamente sabemos que Carmen también está enamorada del joven Gabriel. Es importante comentar que Gabriel es un joven trabajador, honesto, apuesto, y si bien su origen es humilde, cuida mucho el tema de la dignidad, sabe que el valor de las personas no está en sus riquezas y bienes sino en la honorabilidad, el trabajo, y en general, en ser un hombre de bien.

Por ser un hombre de bien, Gabriel en ningún momento se aprovechó de tener a Carmen en su casa, por supuesto que convivían y poco a poco se fueron enamorando y mostrando su amor, en las noches cuando en un ambiente familiar hacían la bohemia romántica, Carmen cantaba de manera impresionante e incluso este fue el origen de su apodo. El lector en esta parte de la historia se encontrará con un rico recorrido por la cultura artística y literaria del siglo XIX, por ejemplo, en cuanto a la música la calandria cantaba de manera magistral: “La Golondrina”, una canción clásica mexicana mayormente conocida con el plural: “Las golondrinas”, esta emblemática melodía es de 1862 y aunque la letra se le acuña a un escritor español, no hay la menor duda que la música es del compositor mexicano nacido en Alvarado, Veracruz, Narciso Serradell.

En esas noches bohemias los personajes leerán poesías de Manuel Acuña, de Salvador Díaz Mirón, el apasionado, bello y trágico poema de Manuel Acuña titulado: “Nocturno” es uno de los favoritos de los personajes, y encontrándonos en este ambiente de amistad, con Gabriel y la calandria plenamente enamorados, aparecerá un joven llamado Alberto Rosas, este muchacho es rico, galán, bebedor, mujeriego, y cuando ve a Carmen se obsesionó por ella, para acercarse a la calandria se hará íntimo amigo de Magdalena, una mujer liberal, que ha tenido varios amantes y vida ligera, Magdalena es vecina de Carmen y empezará a tener mucha influencia en la joven, le dice a la bella calandria que no debe cometer el error de casarse con Gabriel, que si bien es buen muchacho, es un hombre pobre que le dará una vida ordinaria, con carencias, que ella por su belleza merece tener un esposo rico, fino, elegante, como lo es el joven Alberto Rosas, para lograr el objetivo de convencer a Carmen, Magdalena ofrecerá cenas y noches bohemias donde la joven es invitada y allí convivirá con Alberto.

Hay momentos de la lectura que claramente Rafael Delgado está describiendo y de automático desnudando los prejuicios de las distintas clases sociales, en boca de Magdalena, una mujer oportunista, corriente, vulgar, sin principios y valores, Rafael Delgado pone el siguiente planteamiento: “Carmen, óigame usted; hay que salir de la esfera en que nacemos; los tiempos ya son otros; la ilustración pide, vamos, manda que procuremos subir…subir, hija, subir, ¡sea como fuere! ¿Qué esperanza tiene usted con Gabriel? ¡Hija, desengáñese: un carpintero no dejará de ser toda la vida…un carpintero!”

Don Eduardo Ortiz quería a su hija, pero no la llevaba a vivir a su casa porque sería una deshonra para su linaje reconocer públicamente una hija fuera del matrimonio. La perversa Magdalena la hace de Celestina para ayudar al joven Alberto Rosas, porque este era un joven rico, apuesto, poderoso. Gabriel amaba limpiamente a Carmen, pero cuando empezó a saber que su bella jovencita convivía mucho con Alberto, se indignó y decidió alejarse de Carmen. Pasarán muchas cosas más, al final la muy joven Carmen tendrá que decidir qué camino para su vida elegirá, si el cariño sincero, humilde, que implica una vida de trabajo, esfuerzo compartido, al lado de Gabriel, o elegir una vida de opulencia, cómoda pero vacía, al lado de Alberto.

Quiero concluir el presente artículo dejando una pregunta abierta para su reflexión: ¿El origen de la conformación de nuestras familias es el amor o el interés? Reconozco que estamos tan prejuiciados y materializados que somos seres enajenados…

 

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