Una de las características de miles de personas en el mundo, era vivir de una manera muy rápida, algunos de una forma desenfrenada, frenética. siempre con prisas, con grandes deseos de lograr algo pronto. Existen países en el planeta en el que sus habitantes son felices porque llevan una vida lenta, sin prisas. Pior Georgio Oliveti, Director de «Citlaslow Internacional» considera que «una ciudad lenta es una ciudad con alma, que trata de manera holística de manejar la vida con tranquilidad. Igualmente, es una ciudad que recupera la importancia de la memoria, En un mundo globalizado, perdemos el riesgo de perder nuestra identidad, nuestra perspectiva de un camino a largo plazo». Gabriela Hassan señala que «es cada vez mayor el número de personas que optamos por alejarnos de esa formas frenéticas de vida, yendo hacia lugares en contacto con la naturaleza».. Con información de Guillermo Tella.