45 ANIVERSARIO DEL PREMIO CERVANTES. (I)

Antonio Buero Vallejo.

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

El Premio Cervantes de literatura es el galardón más importante que puede recibir un escritor de lengua española. El Premio se otorgó por primera vez en 1976 y a partir de ese año cada 23 de abril el mundo de las letras presencia este importante acto de reconocimiento literario.En el presente año el reconocimiento se le concedió al poeta español Francisco Brines, nosotros los amantes de las letras festejaremos este importante Premio acercándonos a las obras de cinco escritores ganadores e inauguramos el presente ciclo literario con el dramaturgo español Antonio Buero Vallejo, ganador del Premio Cervantes en el año 1986.

Antonio Buero Vallejo vivió parte de su vida en una España convulsionada por la guerra civil, posteriormente por la dictadura franquista, de hecho, su padre fue asesinado en la guerra y Buero Vallejo estuvo encarcelado, en momentos confinado en campo de concentración, constantemente perseguido, aun así, Buero Vallejo nunca renunció al arte, fue un amante de la pintura y a mediados del siglo XX se consagró como uno de los grandes escritores españoles, la obra con la que se consolidó y fue reconocido como destacado dramaturgo se titula: “Historia de una escalera”, obra que se estrenó en Madrid en 1949 y en la actualidad es considerada un clásico de la dramatúrgica hispanoamericana e incluso cuando le concedieron el Premio Cervantes el jurado señaló que Buero: “Es un gran creador de obras teatrales, la primera figura del teatro contemporáneo español. La obra de Buero tiene una significación especial por haber irrumpido en un momento de gran marasmo y bajo nivel, que él rompió con un gran rigor en el manejo de sus dramas y de sus personajes.”(Periódico: El País, Madrid – 19 de diciembre de 1986.)

Con la obra: “Historia de una escalera”, Buero Vallejo obtuvo el Premio Lope de Vega, la lectura de esta pieza teatral es clara, posee un lenguaje absolutamente entendible, los personajes son fáciles de ubicar, los temas son vastos, familia, pobreza, sociedad, vacíos, la rapidez del tiempo, la muerte, el amor, el odio, la incertidumbre, en fin, créanme que es una obra exquisita que se lee en breve tiempo pero que deja un sinfín de temas para la reflexión y su vigencia es asombrosa, vayamos a ella.

Son varios los personajes, pero los acercaré a la historia central partiendo de dos parejas de esposos conformados por: Fernando y Elvira, Urbano y Carmina, la historia sucede en un edificio de vecindad donde todos comparten la misma escalera vieja, despintada, para llegar a sus apartamentos. Los sucesos narrados en el presente artículo no corresponden al orden en que son narrados en la obra, mi objetivo es inmiscuirlos en el drama y ya cada quien podrá realizar su personal lectura, compresión e interpretación de la obra, sin dejar de mencionar que la pieza se compone de tres actos y narrará la historia de tres generaciones de las familias que viven en el edificio mencionado, añadiendo que entre los tres actos transcurre un periodo de 30 años, sin más detalles introduzcámonos a la historia general.

Urbano y Fernando crecieron juntos, los dos pertenecen a familias humildes y con muchas carencias, los jóvenes dialogan siempre en la escalera, Fernando sueña y aspira con tener una mejor vida, Urbano le dice que tiene muchos pájaros en la cabeza, que lo mejor es busque una buena esposa y trabaje duro para vivir modestamente, pero que no sueñe con más de lo que puede, además, Urbano sostiene que la forma de medio sobresalir es uniéndose a un sindicato, su ideología de vida va más hacia el comunismo, Fernando defiende una visión más individualista, cree en sus fuerzas, voluntad, escribe poemas y es descrito como muy galán.

Urbano y Fernando se encuentran enamorados de Carmina, pronto en escena aparece Elvira, esta bella joven pertenece a la única familia adinerada que vive en el edificio, su padre don Manuel es un buen hombre, arrendatario y muy trabajador. Elvira está enamorada de Fernando, y al ser Fernando el galán más pretendido se comprende porque Carmina también siente afecto por él, el acto I termina con el enamoramiento entre Fernando y Carmina. Cuando llegamos al acto II han pasado diez años y nos encontramos que Fernando al final se casó con Elvira y tienen hijos, por supuesto que en esta parte de la historia ya murieron varios personajes y Buero Vallejo realiza reflexiones sobre la muerte, la rapidez del tiempo, lo rutinario de nuestras vidas, los problemas existenciales de la vejez, tal vez, por ello Urbano no quiere perder más tiempo de esta rutinaria vida y le declara su amor a Carmina, ella le expresa que no lo ama pero como se siente sola por la muerte de su padre, decide unir su vida con Urbano.

Cuando llegamos al tercer acto ya pasaron veinte años más, Fernando y Elvira tiene dos hijos, Fernando de 21 años y Manolín de 12, la pareja de Urbano y Carmina tienen a su bella hija llamada como su madre Carmina, no quiero omitir que en la historia hay más personajes sobresalientes, Rosita y Trini quienes son hermanas de Carmina son un ejemplo de esos personajes relevantes, no obstante, considero que el desarrollo central se encuentra en la historia de las parejas aquí mencionadas, en este acto final Fernando hijo como en la historia inicial de su padre, está perdidamente enamorado de Carmina hija, los padres de esta pareja se oponen a su amor por las razones antes expuestas, habrá pleitos, amenazas, y siempre los encuentros y desencuentros sucederán en la escalera de ese viejo edificio que pasan los años y sigue en la misma ruina, tal como en la misma ruina en que viven sus habitantes y la ruina no es sólo por pobreza económica, sino por pobreza espiritual, la mayoría de las personas viven con rencor, resentimientos, odios, envidias, frustraciones, y lo peor es que no hacen nada por cambiar su realidad, por ello Fernando hijo airadamente se rebela ante su padre al quererle prohibir su amor con Carmina: “¿Qué tengo yo que ver con vuestros rencores y vuestros viejos prejuicios? ¿Por qué no vamos a poder querernos Carmina y yo?”

Cuando Fernando el padre era un joven soltero, apuesto, voluntarioso como su hijo, amante de la poesía y ferviente enamorado de Carmina, este personaje vivía allá por 1920, Fernando estaba convencido de que algo tenía que hacer por su vida, siendo entonces amigo de Urbano le llegó a expresar:

No es eso, Urbano. ¡Es que le tengo miedo al tiempo! Es lo que más me hace sufrir. Ver cómo pasan los días, y los años…sin que nada cambie. Ayer mismo éramos tú y yo dos críos que veníamos a fumar aquí, a escondidas, los primeros pitillos… ¡Y hace ya diez años! Hemos crecido sin darnos cuenta, subiendo y bajando la escalera, rodeados siempre de los padres, que no nos entienden; de vecinos que murmuran de nosotros y de quienes murmuramos…Buscando mil recursos y soportando humillaciones para poder pagar la casa, la luz…y las patatas. (pausa.) Y mañana, o dentro de diez años que pueden pasar como un día, como han pasados estos últimos… ¡sería terrible seguir así! Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio.”

Al final, no sólo habían pasado diez años sino treinta de este dialogo entre los entonces jóvenes Fernando y Urbano, ahora que ya eran padres de familias, personas mayores, se enfrentaban como enemigos al dilema si permitirían el amor entre sus hijos, ojalá y la decisión no esté en manos de ellos, porque hasta aquí nos han enseñado que fueron hombres que no tuvieron la voluntad de cambiar sus vidas, los dos siguen peleando en la misma escalera vieja donde tantos sueños tuvieron, esperemos que Fernando hijo quien representa a la nueva generación de jóvenes pueda dar ese paso del rencor al entendimiento, del odio al amor, de la barbarie a la civilización.

¿Qué pasará? El lector se encargará de cerrar el telón.

 

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