En alguna ocasión, José Alberto Henández Melgarejo tuvo oportunidad de visitar en su domicilio al entonces Secretario de Educación, el culto y experimentado político, don Juan Maldonado Pereda. Le gustó tanto su biblioteca que se puso como propósito de vida contar con una similar. Y al parecer sí lo logró, de acuerdo a gráfica en la que aparece.