Un anciano estaba plantando mangos en su jardín. Un vecino le preguntó: «Qué haces? ¿Esperas llegar a comer mangos de esos árboles? . -No, no pienso vivir tanto. Pero otros lo harán. Se me ocurrió el otro día  que toda mi vida he disfrutando comiendo mangos plantados por otras personas, y así les muestro mi gratitud. En mi larga vida he recibido muchas cosas de los demás. Es justo que contribuya  a que otros reciban algo de mí».  Lo publican en el libro «Pinceladas de Sabiduría»  de Justo López Melús. Foto de «Dreamstime».