El canciller Marcelo Ebrard atendió al pie de la letra la orden que le dio el Presidente sobre dar resultados también en el ámbito nacional y si primero se armó una placeada por Acapulco para revisar temas de «desazolve» y «plantas de tratamiento», después se lanzó a Chiapas por asuntos que tienen que ver con productores agropecuarios y textiles, entre marimbas, guitarras y un paseo por el Cañón del Sumidero. Lo comentan en los «Trascendidos» de «Milenio». Foto de «Excélsior».