«En cuanto a la oración realizada, tenemos dos aspectos: uno biológico- liberación de algunos neurotransmisores cerebrales, que modifican el estado de ánimo, con efecto inmediato- y la esperanza de que habrá una intervención divina, que o bien favorece al que pide, o bien le da la fortaleza para resistir la adversidad, con la tranquilidad de que pidió y fue escuchado. El efecto es muy bueno y puede hacer la diferencia en situaciones desesperadas, que son la que más suelen aquejar a quienes piden vehementemente y a quienes se atribuye una fe religiosa profunda». Es parte de lo que escribe el Dr. Pedro Chavarría en su artículo «El poder de la oración» publicado en el Portal «Crónica del Poder». Foto de «Dreamstime».