«Cuando finalizaba en Veracruz el periodo de Antonio M. Quirasco, el presidente de la República, Adolfo López Mateos, llamó al poderoso Procurador de la República, Fernando López Arias, y le habría dicho: «hay varios nombres de políticos veracruzanos  que suenan para suceder al «Chato» Quirasco, quisiera saber tu opinión del licenciado Rafael Murillo Vidal. . El Procurador se le quedó mirando fríamente y le comtestó: «Es un hombre sensato, inteligente y culto, además honesto, pero ahorita que vaya a la cola porque a mí me toca». . Don Adolfo lo escuchó y esbozó una sonrisa ante la franqueza  de la respuesta… y López Arias fue el candidato. Seis años después, llegó Murillo Vidal a la gubernatura». Lo escribió «Montesquieu» en «El Portal».