En 1984, don Paco Venegas, al jubilarse de la CFE, decide establecer al año siguiente, frente al número 93 de la calle de Magnolia, un carrito de cocteles de mariscos. Como el negocio tuvo éxito lo estableció en su casa y apoyado por su esposa empezó a cocinar unos huevos con chile seco y salsa de chicharrón, que desde el primer momento quedaron para siempre en el gusto de la gente. Primero fue a puerta cerradas para amigos, pero a partir de septiembre se estableció formalmente el negocio y hasta la fecha ha tenido gran éxito. El texto es de Sergio Gómez, la foto es de Alejandro Ceballos y lo publican en «Xalapa Antiguo» de Jorge Díaz.