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La Razón Online

En la segunda parte de esta película de Disney Pixar se suman nuevos personajes como Ansiedad, Vergüenza, Envidia y Desagrado

Intensamente 2. Foto: Especial
Por:
JESÚS CHAVARRÍA.

Hay que decirlo, con Intensamente 2 esta vez a Disney/ Pixar todo le sale muy, muy bien. Y es que aunque nos encontramos un poco más de lo mismo en cuanto a estructura y desarrollo, con una siempre voluntariosa y algo controladora Alegría -quien ya en sí es varias emociones-, teniendo que emprender una nueva aventura de ida y vuelta por los parajes mentales de Riley debido a la irrupción de un pequeño grupo de colegas que llegan para modificar la dinámica en el cuartel general, aquí hay dos puntos a favor que le llevan a convertirse en la más que digna continuación de la que fue una maravilla animada.

El primero de ellos es una completa fidelidad con respecto al concepto y sus protagonistas cuyos rasgos no sólo siguen bien definidos como alegorías de los sentimientos, sino que tienen una conveniente evolución como personajes encaminándose a la madurez para ponerles a la par del ser en el que habitan y al cual habrán de terminar definiendo cómo persona.

Claro que esto lo logran gracias al que se convierte en el otro y principal acierto, y que es el presentar una trama que no se va por la salida fácil y cuestiona aquello que parecía ya haber quedado establecido al final de la anterior película, con la selección de momentos realizada de forma más cautelosa por parte del grupo de emociones al mando, pero que esta vez se enfrenta al inevitable hecho de que los parámetros a los que obedecen ya resultan obsoletos, simbolizando así la naturaleza de los procesos emocionales de acuerdo al crecimiento del individuo.

A esto hay que agregar que la historia entiende y aprovecha el enfocarse en ese convulso periodo de la adolescencia, y presenta un grado mayor de complejidad temática aludiendo entre otros temas, a los trastornos en los que está puede redundar, y que hoy sigue siendo tan necesario señalar, dígase el de la propia Ansiedad, quien aquí se materializa luciendo un extravagante y colorido diseño para convertirse en una de las adiciones más alocadas y divertidas de la propuesta dirigida por Kelsey Mann -Un gran dinosaurio (2015)-. Es eso precisamente lo que permite que a través de ella se pueda aludir de una manera bastante digerible y al mismo tiempo sin restarle importancia, a lo peligrosa que pueden llegar a ser estas cuestiones de salud mental.

También se unen otros personajes tan encantadoras como lucidos en su función simbólica como lo son Vergüenza, Envidia y Desagrado, y aunque estas dos últimas llegan estar un tanto desperdiciadas, siempre encajan en el momento oportuno y tienen sus respectivos momentos de cómicas y entrañables ocurrencias. Hay que agregar a los ingeniosos secundarios paródicos de las influencias de Riley, amén de la frescura que le aporta a la película en general el uso de secuencias que retoman el estilo de la animación tradicional.

Se puede decir entonces que si bien Intensamente 2 no es una completa joya como su predecesora, si responde y con creces a las expectativas, y deja con muchas ganas de ver más de esta franquicia. Y es que si lo va a seguir haciendo de esta manera, por supuesto pueden extenderse hasta las etapas del joven adulto, del adulto maduro y el adulto mayor, así que vengan Intensamente 3, 4 y 5, material y capacidad nos queda claro que si hay.