Ante la falta de albergues para migrantes en la CDMX, la Plaza de la Soledad pasó de ser un parque público en el corazón del Centro Histórico a un refugio improvisado para ciento de migrantes que, tras meses de espera de su cita en el sistema CBP-ONE de Estados Unidos,, sobreviven en condiciones precarias e insalubres. A lo largo de todo el parque, pequeñas casas de cartón, madera y plástico fueron levantadas como viviendas temporales en las que apenas cabe una cama individual y duermen familias completas. Otros pusieron, también, pequeñas tiendas de abarrotes, reparación de artículos electrodomésticos y locales de cortes de cabello. La nota es de David Santiago en «Expansión Política». Foto de «La Jornada Zacatecas».