En la simplicidad de una mandarina se esconde un secreto ancestral: su cáscara con su fragancia dulce y su sabor delicadamente cítrico, se convierte en un té con propiedades medicinales.. El té de cáscara de mandarina es conocido por su capacidad para: 1) Mejorar la digestión. Reduce la inflamación y alivia el malestar estomacal. 2) Fortalecer el sistema inmunológico, gracias a su contenido de vitamina C y antioxidantes. 3) Relajar la mente, disminuir el estrés. 4) Controlar el colesterol y favorecer la salud cardiovascular. La nota es de Miriam Lira en «El Economista». Foto de Freepik.