«A nosotros nos consta: el Rafael Murillo Vidal iniciaba cotidianamente su labor a la 11 de la mañana; se retiraba a las 4 de la tarde para disfrutar de una pausa, pero retornaba antes de las 7 P,M., para desahogar un cúmulo de compromisos, juntas de trabajo y audiencias publicas y privadas hasta horas muy avanzadas de la noche, e incluso en ocasiones hasta las 2 de la madrugada.. Sólo tenía 65 años de edad pero se le criticaba periodísticamente por supuestamente dormitar en el curso de las audiencias». Lo escribió el finado Dionisio Pérez Jácome en su libro sobre la relación con Gobernadores de Veracruz. Foto de Misantla Mx.