Allá por los años 40 del siglo anterior, don Félix era un personaje pintoresco de la ciudad, campesino de bondad patriarcal. Ocupaba una modesta recua de dos o tres burros de su propiedad para repartir sobre sus lomos las cargas de carbón en costales que las amas de casa le compraban. Un día inventó rendir un homenaje a las nobles bestias, y en un acto de iniciativa civil, impulsó la conmemoración del Día del Burro, consistente en que en una fecha anual fija enjaezaba a los borricos con telas, flores y papeles de vistosos colores, y así ornamentados, los paseaba por las principales calles de la ciudad, despertando gran interés y alegría entre los xalapeños. Lo escribió Rubén Pabello Rojas en su libro «Tiempos de mis Memorias» de Editorial Las Animas.. Foto de «Xalapa Antiguo».