Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte. Leonardo Da Vince

Los días pasan con una rapidez inusitada, nada escapa a esa vorágine de tratar de hacer las cosas mucha veces sin la emoción y devoción que cada una de ellas merece. Hoy por fin tengo el ánimo de tratar de plasmar algunas letras en honor de un amigo que se nos adelantó en su camino al eterno oriente, si me refiero al fallecimiento del Lic. Ernesto Rizzo Murrieta a causa de una de las enfermedades de nuestra época que irrumpió en su vida hace más de diez años. Como los antiguos estoicos Ernesto soportó dicha enfermedad con la entereza y valentía que siempre lo caracterizó, una sonrisa plena y un don de gente inigualable.
Y lo que son las cosas, lo conocí en la ciudad de Coatzacoalcos hace ya más de tres décadas, cuando el abrió un espacio en su vida periodística para fundar un medio de comunicación en esta industriosa ciudad, y frente a una taza de café prometimos continuar esas charlas edificantes, positivas y benévolas, que invitaban a la reflexión y análisis de todo cuanto acontecía en el ámbito local, estatal, nacional y mundial, en la capital de nuestra entidad, donde cada uno de nosotros tenía a su familia y casa.
Tal reencuentro aconteció hace dieciséis años, incorporando para ello a dos amigos mutuos, el connotado maestro Marcelo Ramírez R. y el poeta y funcionario público Emilio Ruz Ávila, después se agregó el también hoy fallecido Carlos Domínguez Millán. Sin duda que la frase de que los amigos son Ángeles que el señor pone en nuestro camino para levantarnos cada vez que tristemente caemos y quedamos sin fuerzas para seguir, se hizo evidente en este grupo, donde el eje de las reuniones lo fue Rizzo Murrieta. Entre ellos aprendí que los amigos verdaderos son esos hermanos que aunque no lleven en sus venas la misma sangre llevan en su corazón no solo sanos y bellos sentimientos, sino la preocupación por todo cuanto acontece a su alrededor.
Sin esperar los integrantes de este cuarteto amistoso favores, prebendas o beneficios, observé que los amigos se convierten en los apoyo que necesitamos cuando desistimos de luchar y nos damos por vencidos en la búsqueda de la felicidad o nos acontece algún percance; pues cada uno de nosotros sabía de los alcances de cada quien, así como sus limitaciones, entre nosotros no ceben los egos, y cualquiera que lo intentara quedaría evidenciado. Para pertenecer a este grupo que de repente era abordado por otros personajes, considero que deberían de haber tenido sueños, valores e ideales pues recurrían a estas reuniones con otros fines, en busca de cuestiones muy personales que ahí no encontrarían, ahora sé que cuando alguien no tiene plenos valores o éstos se pierden, uno muere.
Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan. De igual manera este grupo se reducía por muchas razones, sean personales, familiares, sociales y políticas, lo puedo decir, porque se me comisionaba para organizar tales reuniones, que oscilaban entre desayunos, comidas o simples charlas de café; en su mayoría originadas por el amigo Ernesto; que siempre tenía alguna cuestión interesante que tratar, su idea era crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad de emprender nuevos retos y mejores acciones, así surgió “La Coordinadora de Comunicadores, Escritores y Reporteros Gráficos del Estado de Veracruz A.C.” donde su primer y único presidente lo fue nuestro amigo Ernesto Rizzo, incluyendo a los amigos antes descritos y a muchos otros periodistas entre los que recuerdo a Quirino Moreno Quiza, Emiliano Sánchez S. los hermanos Vázquez Gándara, así como los abogados Silvio Lagos y Alejandro Dorantes, donde efectuamos eventos que dignificaban la labor periodística y el pleno derecho a la libre expresión.
Esta agrupación pasó a formar parte de las estadísticas por muchas razones, pero sé que la principal fue no confrontar con otra organización similar, que veía en esto una amenaza a su modus vivendi y se sintieron desplazados, lo que nunca fue la idea de su fundador, siempre fue enemigo de alguna confrontación, no por falta de valor, sino que siempre fue un pacifista, que lo demostró cuando no pidió nada contra los vándalos que en alguna ocasión destruyeron su imprenta, solicitando solamente la reposición de sus materiales.
Recuerdo que mi amigo me alentaba en cualquier proyecto cultural, educativo o deportivo que emprendiese, y su argumento era que los hombres con voluntad y mística de servicio generalmente no se arrepienten por aquello que hacen, sino por aquellas cosas que dejan de hacer. Después de estas cuestiones su empresa sufrió una transformación y muchos de sus discípulos y protegidos emprendieron camino hacia otras latitudes, enfrentando con entereza esta crisis existencial, donde me obsequió la invitación de que me hiciera cargo de alguno de los proyectos que tenía en mente, fueron los inicios de incursionar en los medios de comunicación cibernética, en la cual estoy desde esa fecha.
Conoció claramente en qué consistía su enfermedad, lo que nunca lo amedrentó para seguir con acciones que otros hubieran abdicado, expresaba que las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos por el mal realizado y metas nunca alcanzadas.
De igual manera recuerdo cuando comenté la enfermedad de mi hija al grupo, todos y cada uno de ellos externó hacia mí lo mejor de sus palabras, ahí supe lo que realmente son los amigos, él y Marcelo conocían mucho de mis emociones, sentimientos, ideas y juicios, y no se sorprendieron cuando veían a su amigo en desgracia siendo yo mismo, un hombre abatido y desconcertado. Sin duda que fueron en cierta manera el bálsamo para soportar ese dolor que se acentuó con la muerte de mi hija, pero que me secundaron en la formación de un concepto literario musical “La Peña Bohemia Veracruzana” donde las familias podían divertirse los viernes de manera sana con lo mejor de los escritores, músicos, danzantes, poetas y declamadores de esta ciudad capital, la entidad y del país, que me pidió mi inolvidable Etna Berenice que organizara y le cumplí.
El criterio sobre la amistad se fortaleció al lado de este HOMBRE donde los amigos no tenemos derechos de juzgar, mal interpretar, condenar, criticar, o menospreciar sino se nos pide opinión. Tampoco hay que sobrestimar, despreciar, o equivocar conceptos sin saber el fondo de la problemática que se enfrenta y en ocasiones diferente a nuestro verdadero yo. Muchas cosas de mi amigo quizá no mencioné, pero puedo decir que fue ejemplar empresario, excelso periodista y extraordinario amigo. Donde quiera que esté bien sabe que nuestra amistad trascenderá a pesar de los designios de Hades. ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com