Lecciones muy importantes nos han dejado los comicios del domingo pasado. Los resultados de la elección obligan a la reflexión y al análisis a todos, al gobierno, a los partidos y sobre todo a los ciudadanos. En democracia quien gana no lo gana todo y quien pierde tampoco lo pierde todo pues siempre habrá una nueva lucha que emprender, más batallas que ganar y banderas que alzar, siempre habrá pesos y contrapesos y eso es lo que hace interesante a la política, que es un largo proceso en el tiempo en el cual el trabajo nunca termina.
Pero el domingo pasado fue una verdadera fiesta ciudadana en la mayoría de los distritos no solo de Veracruz, si no de México, pues la ciudadanía salió a manifestar su voluntad y se hizo escuchar. En el caso de nuestro estado esta elección deja muchos mensajes y muchas enseñanzas, en primer lugar para el gobierno que se debe tomar muy en serio los resultados de la elección pues el próximo proceso electoral está a unos meses de iniciar.
El mensaje que envía la ciudadanía a sus autoridades, y es el caso de Xalapa, es que hay hartazgo ciudadano, la gente no quiere gobiernos cerrados en donde la autoridad gobierne en solitario y a capricho propio, de espaldas al pueblo, divorciado de él; la ciudadanía no quiere un gobierno que la afrente con la inseguridad, la corrupción y el discurso falso y demagógico, la gente quiere buen gobierno, aspira a resultados que se manifiesten en la cercanía, en sus bolsillos, en empleos seguros y bien remunerados, en servicios públicos eficientes, de calidad y dignos, la ciudadanía votó así el domingo porque está harta de ver como muchos funcionarios se enriquecen de manera ilícita, extravían el rumbo y se olvidan de la razón por la que están ahí.
Este domingo, el pueblo envió un potente mensaje a sus gobernantes y les dice ¡Ya basta! Gobierna bien, queremos al frente a mujeres y hombres de bien, honestos y comprometidos socialmente, no queremos mentira, no deseamos corrupción, no queremos simulación, queremos buen gobierno, leyes justas que privilegian a las personas por encima de los intereses económicos y políticos que tanto daño causan a la gente, que tantos pobres generan, que tantas injusticias cometen, el mensaje de la población a sus autoridades coloquialmente hablando es el de, “bájale dos rayitas a tu relajo”, basta de soberbia, se humilde y trabaja por nosotros, no más saqueo a las arcas públicas, no más desarrollo ficticio y obras que no son.
Los gobernantes deben leer y acusar de recibido el mensaje social, deben cambiar sus métodos, deben cambiar la forma de gobernar pues la gente no está satisfecha, ahí está este jalón de orejas ciudadano a quienes gobiernan.
Los partidos políticos también tienen que acusar recibo de este mensaje, ya basta de candidatos deshonestos, ya basta de imposiciones y juegos sucios, ya basta de que los partidos sean un coto de poder de unos cuantos, porque los ciudadanos vamos a tomar el control de ellos y del gobierno y los vamos a dejar fuera. Los partidos políticos si quieren evolucionar y satisfacer las expectativas ciudadanas, deben transformarse en espacios de ciudadanía, de participación abierta, de libre expresión de las ideas, deben ser espacios de pensamiento creativo que cuando se convierta en gobierno realmente ejerza el poder en beneficio de la gente.
Y quienes más debemos reflexionar sobre los resultados del domingo somos los propios ciudadanos, por ejemplo Xalapa debe aprender que no hay que quedarse en casa sin votar, debe aprender que de nada sirve la crítica sin la acción, de nada sirve la inconformidad sin la participación activa. Hace tres años dio muestra de lo que la fuerza ciudadana que sale a votar puede hacer, los xalapeños derrotaron al Dragón o dinosaurio, como le quieran llamar, pero hace dos el setenta por ciento de la gente se quedó en casa ¿Y de qué sirvió? ¿Se benefició el pueblo con la abstención? ¿Cambiaron las cosas para bien? ¡Claro que no! Siguieron gobernando los mismos y hubo escándalo, corrupción y desaciertos, por eso estamos así.
Pero este pasado domingo fue diferente, la ciudadanía volvió a salir y votó y en donde fue arrolladora su participación se aseguró el triunfo social, no pudieron ni la compra de votos, ni las campañas inequitativas derrotar a la voluntad de un pueblo que salió a manifestarse con fuerza.
¿Qué viene después de la elección? Para los ciudadanos el llamado es a seguir participando, a desarrollarse políticamente para tener buenos gobiernos, no puede haber buen gobierno si no existe buena ciudadanía y esa se construye educando, derribando el muro de la ignorancia, reduciendo la pobreza, las injusticias que provocan desigualdades sociales.
Si verdaderamente queremos cambiar, debemos participar siempre, no solo en época electoral, siempre, los ciudadanos responsables participan todo el tiempo y desde todas las trincheras legales posibles, no es verdad que todos los que buscan el voto son iguales, no es verdad que todos los que se dedican a la política son corruptos, eso es una afirmación perversa que no abona a la cultura política de las personas, hay gente buena luchando por todos nosotros, entregando su vida por cambiar el estado de cosas y es nuestra obligación apoyar; la construcción de una sociedad más justa, más culta y más sana pasa por la participación activa e inteligente de la ciudadanía.
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