Marco Antonio Figueroa Quinto * El presidente constitucional de Xalapa para el período 2014-2017: Lic. Américo Zúñiga Martínez. Sin duda muchos ven el servicio público como la real y auténtica vitrina para alcanzar sus máximas aspiraciones personales, profesionales y de trascendencia ¡Están en lo cierto!. Para quienes aspiren o estén en pleno uso de esa oportunidad es necesario no ignorar que el servidor público es una persona que brinda un servicio de utilidad social. Esto quiere decir que aquello que realiza beneficia a otras personas y no genera ganancias privadas (más allá del salario que pueda percibir el sujeto por este trabajo). Como ciudadano interesado en la problemática social que existe en esta ciudad capital, nos hemos involucrado en la búsqueda de soluciones a los múltiples problemas, necesidades y servicios que aquejan a las mayorías, teniendo que establecer puentes de comunicación con funcionarios que tienen una responsabilidad en el ayuntamiento actual, que preside Américo Zúñiga Martínez, encontrándonos en las mayorías de las ocasiones con omisiones, olvidos y negligencias de éstos, lo que repercute en la imagen de quien los invitó a colaborar. Para estos individuos -desde los más encumbrados hasta los de menor jerarquía- les compartimos, que el servidor público debe tener conciencia del significado y trascendencia de su trabajo y estar al servicio de los ciudadanos y las ciudadanas, en el proceso de transformación de la sociedad por principios y valores demostrando en su desempeño y toma de decisiones ética, honestidad, igualdad, solidaridad, participación protagónica, vocación de servicio, esfuerzo colectivo, eficiencia, responsabilidad, memoria, para no olvidar a quienes contribuyen a su consolidación y logros, así como el rodearse de conocedores de cada uno de los renglones de su alta responsabilidad, para tener el éxito colectivo deseado. Por motivos de la inseguridad vecinal recurrimos a dependencias de seguridad pública y del ayuntamiento para hacerles saber de los constantes atentados, robos, asaltos y violencia que se generaban en una de las tantas colonias de esta urbe, las gestiones ante los municipales fueron nulas, (interviniendo sólo cuando se creó un conflicto mayor) no así en la dependencia estatal, gracias a la gestión del diputado local Ricardo Ahued Bardahuil. El Servidor Público es una persona orientada principalmente por el deseo de servir y atender las necesidades de las ciudadanas y ciudadanos, poniendo a disposición de la población sus capacidades, con el fin de contribuir al desarrollo de ésta y anteponiendo los máximos fines e intereses públicos a cualquier propósito o interés particular. Sin duda que el alcalde xalapeño sabe de ello, por eso debe de efectuar evaluaciones periódicas de sus colaboradores –desgraciadamente no lo puede hacer de la misma manera con algunos regidores, que son una nulidad- para verificar el cumplimiento de sus funciones. Sin duda que Zúñiga Martínez, a pesar de su juventud, aprendió al lado de su padre (+) algunas cuestiones, que consolidó en las responsabilidades que ha desempeñado; que la vocación de servicio es uno de los principios y valores fundamentales del Servidor Público, por lo tanto debe impregnar en sus colaboradores los siguientes aspectos: Satisfacción y pasión por brindar la mejor atención y calidad de servicio, teniendo claro el rol como servidores públicos. Compromiso a “entender, atender y resolver” las necesidades de aquellos a los que sirven, orientándolos permanentemente a su satisfacción y a superar sus expectativas. Servir y no servirse, atendiendo con cordialidad, humanidad, rapidez y sentido de oportunidad los planteamientos de las y los xalapeños. Igual de importante es implementar proyectos y programas de constante desarrollo, mejoramiento de las propias capacidades y abiertos al aprendizaje de nuevos conocimientos, con la finalidad de prestar un mejor servicio. Algunos de los deberes del servidor público son el observar buena conducta dentro y fuera de los horarios de trabajo, practicar en forma constante el respeto a quienes les brindan atención, guardar reserva de los asuntos que lleguen a su conocimiento, guardar respeto y motivar a sus compañeros de trabajo al mejoramiento continuo y al trabajo colectivo. Pese a ello, y con la observación de que un servidor público debe actuar sobre las bases de la justicia, la razón y la argumentación por encima de cualquier interés individual y su rol orientado a la generación del bien colectivo, habrá siempre los que no observan esto. A lo anterior debe de cesar a quienes incumplen. Por supuesto quien decide en un ayuntamiento las políticas decisivas; debe tener creatividad e innovación, que se traduce en la búsqueda constante de nuevas formas de trabajo que resuelvan con eficiencia los problemas que en forma cotidiana se van presentando, con una visión de reto frente a cada problema que se le presente y enfocándose en su resolución. Si con todo ello no se logra la excelencia en el servicio y la unanimidad de satisfacción en los habitantes de esta comunidad, no es para desanimarse ni claudicar en sus objetivos (y como otros mejor quedar bien con los mandos decisivos de la política actual, buscando fueros a base de triquiñuelas y delitos). La solución quizá esté en redoblar esfuerzos y dinámica, y si todo ello no logra las metas, que no quede por uno, sino por las circunstancias adversas en que se vive. Por supuesto que la ciudadanía y los medios seguirán hablando, exigiendo, criticando y censurando. Es el pago por llegar a una cúspide que muy pocos alcanzan con plenos merecimientos ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com