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Agencia Imagen del Golfo

En comunidades rurales de e indígenas de tres municipios, los usos y costumbres aplican para que los hombres estén a temprana edad estén en libertad de tomar como pareja a una adolescente, pero no para responder a compromisos como el matrimonio ante lo civil.

La respuesta que se ha tenido en campañas de matrimonios colectivos han sido buenas, pero no es sino hasta que llegan los hijos y tienen la necesidad de ingresar a la escuela como se formalizan las relaciones que datan de 5 hasta 50 años de convivencia en unión libre, precisan agentes municipales.

En comunidades como La Rosa, Encinar, El Nicho, Escalerilla, Chicahuaxtla y Palo Verde los matrimonios colectivos, precisa el oficial encargado del Registro Civil Manuel Hernández Carrillo ha sido buena, pero en contraste, los agentes municipales aseguran que aún existe un gran rezago.

“En comunidades de Acultzingo, Nogales y Ciudad Mendoza, persiste el machismo, el hombre el poder de decidir qué mujer le gusta para esposa y ejerce esa autoridad de los usos y costumbres, la mujer se la llevan o se va por voluntad a vivir a la casa del varón”, señalan.

Desafortunadamente, aunque la mujer pida formalizar la relación en matrimonio por el civil, es el hombre quien evade ese compromiso, luego vienen los hijos y ante la necesidad de asentarlos con su nombre renace la exigencia de casarse por el civil para legalizar la identidad del menor.

Si pasa de esta etapa y no legalizó la relación, la siguiente oportunidad es cuando los niños entran a la escuela y los padres deben actualizar su relación, pues la labor del Registro Civil es de visitarlos, cuestionarles e informarles sobre los beneficios y compromisos legales.

Aun y con ello, en dichos municipios sigue habiendo parejas de 60 años y más o bien parejas que llevan viviendo en unión libre hasta 50 años, por lo cual las campañas de matrimonios colectivos se llevan a cabo dos veces al año y de registros extemporáneos de manera permanente.