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DPA

Uno de los principales delatores del esquema de corrupción en la estatal brasileña Petrobras, Alberto Youssef, abandonó la cárcel el jueves para cumplir cuatro meses de prisión domiciliaria antes de quedar en libertad en «recompensa» por su colaboración.

Youssef, de 49 años, fue detenido en marzo de 2014 y condenado a más de 120 años de cárcel por su participación en el esquema que drenó miles de millones de dólares de los cofres de Petrobras, fraguando contratos con importantes constructoras y repartiendo sobornos entre funcionarios de la petrolera, políticos y empresarios.

Responsable de lavar parte del dinero desviado, acordó colaborar con los investigadores y redujo así a tres años su tiempo de reclusión: dos años y ocho meses en una cárcel de Curitiba (sur), que concluyeron este jueves, y cuatro meses en su apartamento de Sao Paulo, con una tobillera electrónica.

El 17 de marzo del año próximo responderá a su condena en «régimen abierto» (en libertad, con restricciones mínimas), gracias a su confesión, que permitió expandir las investigaciones y descubrir la real dimensión del mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil. Este «viejo conocido» de la justicia ya había sido detenido en 2003 por actuar en el mercado clandestino de dólares, en el caso «Banestado».

La fiscalía lo definió en ese momento como «uno de los mayores cambistas del mercado negro de Brasil». Según las autoridades, Youssef operaba un sofisticado esquema de lavado de dinero en el que a veces hasta él mismo pilotaba una de las aeronaves con que transportaban los billetes de procedencia ilegal.

Tras ser detenido en 2003, Youssef firmó el primer acuerdo de «delación premiada» en la historia de Brasil, pactos celebrados entre la justicia y delincuentes confesos que aceptan revelar importantes informaciones a cambio de una reducción de sus futuras condenas.

Ese tipo de acuerdos propulsaron las investigaciones y permitieron desanudar el mayor caso de corrupción en la historia de Brasil, que golpeó duramente al Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva y a sus exaliados PMDB (centro-derecha), del actual presidente Michel Temer y el Partido Progresista (PP). El propio Lula (2003-2010) enfrenta varias causas judiciales ligadas al esquema en Petrobras, del cual la fiscalía lo señala como el «máximo comandante».

Según la prensa brasileña, Marcelo Odebrecht, exjefe de la constructora que lleva su nombre y que está en el centro del monumental fraude, se apresta a cerrar un acuerdo para reducir su condena, que podría implicar a legisladores, gobernadores y políticos de primera línea en el desvío de miles de millones de dólares de los cofres públicos.