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EFE

La policía de Brasil dijo el martes que arrestó a un asesor de la presidencia y a dos exgobernadores como parte de una investigación sobre los costos de construcción de un estadio para el Mundial de futbol de 2014, otro escándalo para la clase política del país que aumenta la presión sobre el mandatario Michel Temer.

Tadeu Filippelli, un asesor especial del Gabinete de Temer, y los exgobernadores distritales federales José Roberto Arruda y Agnelo Queiroz fueron puestos bajo custodia policial previamente en el día, de acuerdo a un comunicado de la fuerza.

El despacho de Temer dijo en un comunicado que despedirá a Filippelli.

Reuters no pudo contactar de inmediato a Filippelli, Arruda o a Queiroz ni a ninguno de sus representantes. El distrito federal abarca a la capital Brasilia.

La renovación del estadio de Brasil para el Mundial del 2014 costó alrededor de mil 500 millones de reales (459.380 millones de dólares), según fiscales y la policía, y una corte de auditoría ha afirmado que el proyecto presentaba enormes sobrecostos.

Se trató del segundo estadio de futbol más costoso del mundo, después de la modernización del estadio Wembley de Londres, de acuerdo a documentos sobre gastos emitidos por un panel del Mundial.

Jefe de su partido exige renuncia

Renán Calheiros, jefe del partido de Temer en el Senado, dijo que el mandatario debe «comprender su papel en la historia» y «facilitar una salida» a la crisis generada por serias acusaciones de corrupción en su contra.

No diría que soy a favor de una renuncia, pero es necesario hallar una salida a la crisis y la que interesaría más hoy sería una elección en el Congreso para designar un nuevo presidente lo más rápidamente posible», dijo Calheiros, dirigente del Partido del Movimiento Democratico Brasileño (PMDB), que lidera el propio Temer.

Para ello, Calheiros apuntó en declaraciones a la radio Gaúcha que sería «fundamental que el presidente comprenda su papel en la historia, converse y se disponga a facilitar el proceso de la forma más viable».

Según Calheiros, la crisis en que se ha sumergido el país «es muy seria y evoluciona rápidamente», por lo que es necesario «construir una salida rápida para poder alcanzar los objetivos permanentes de Brasil».

El senador sostuvo que «no hay cómo administrar este escenario», pues «las cosas están muy difíciles y más tarde o más temprano se llegará a un final», en alusión a una posible caída del presidente Temer por las acusaciones que pesan en su contra y son investigadas por la Corte Suprema.

Calheiros agregó que, hasta dónde tiene información, Temer no se ha planteado una renuncia y «no hay conversaciones sobre eso», pero dijo creer que «puede ocurrir en cualquier momento».

Las sospechas contra Temer surgieron de un acuerdo de cooperación judicial pactado por la empresa JBS, cuyos propietarios confesaron que sobornan al actual gobernante a cambio de «favores políticos» desde 2010 y entregaron un explosivo y comprometedor audio.

La grabación fue hecha por Joesley Batista, uno de los socios de JBS, quien en una conversación con Temer relata diversas maniobras ilegales que hace en favor de su empresa ante el silencio y lo que por momentos parece sugerir hasta la anuencia del gobernante.

Temer ha descalificado todas las acusaciones y ha dicho, en dos mensajes dirigidos al país desde el pasado jueves, que no renunciará al cargo que ocupa desde mayo de 2016, cuando comenzó el proceso que acabó con la destitución de la exmandataria Dilma Rousseff.

En caso de una renuncia de Temer, la Constitución prevé que, por haberse completado ya la mitad del mandato de cuatro años que empezó Rousseff, el Parlamento debería ser convocado para elegir en forma indirecta a quien gobernaría el país hasta el 1 de enero de 2019, cuando vence el actual periodo.