Viernes 11 de agosto: “¡Los judíos no nos reemplazarán!”, “¡sangre y tierra!” eran los gritos que se escucharon en el campus de la Universidad de Virginia, Charlottesville. Gritos nazis, proferidos por supremacistas blancos estadounidenses cual cántico militar; con antorchas en mano, cual pueblo medieval; las miradas, furiosas; los pasos, rabiosos; una mujer sonriendo, como si se tratara de un carnaval.
El sábado 12 ocurrió la tragedia: James Field (20 años) dirigió su auto hacia un grupo de manifestantes pacíficos que se oponían a la llegada de la marcha racista. Hirió a 19 personas y asesinó a Heather Heyer (32 años), técnica en Derecho y apasionada defensora de los derechos humanos.
Viernes 18 de agosto: aniversario del asesinato de Federico García Lorca, fusilado tras el golpe de Estado que daría origen a la Guerra Civil Española, por ser “socialista y masón”, así como por sus “prácticas homosexuales”. También fue el día en que Sí Vida Sí Familia decidió circular un comunicado en el que atiza contra el Gobierno del Estado y el PAN por ser “proaborto” y por promover el matrimonio igualitario, “cargos” de los que también acusan a Andrés de la Parra, fiscal especializado en Delitos Ambientales y contra los Animales. Señalan, asimismo, que el Gobierno equipara la vida humana con la animal y que planea la destrucción de los valores familiares.
Del comunicado de Sí Familia se desprenden tres cosas a comentar: una, que quien lo escribió (¿su dirigente estatal, Arturo Segovia Flores?) no tiene ni idea del uso correcto de los signos de puntuación, tampoco mucha sobre vocabulario (“la atención especializada y las altas condenas penales para quienes agreden a los animales, se comparan de manera insultativa con los seres humanos agraviados y asesinados en Veracruz que siguen al alza”, ¿insultativa?); y que la organización tiene mucha imaginación al acusar al PAN de querer promover el aborto y los matrimonios igualitarios, cuando en el Congreso ha demostrado claramente su animadversión hacia el primer tema y su tibieza –cuando menos– respecto al segundo. No olvidemos el tono beligerante del texto, ¿y qué decir del antropocentrismo que desdeña las vidas animales por considerarlas inferiores a las humanas y que pone el grito en el cielo cuando se trabaja por dignificar las condiciones de vida de las demás criaturas del planeta?
No es ocioso que mi primer comentario respecto al comunicado tenga que ver con la ortografía. Un texto con ausencia de comas y exceso de puntos me habla de una vida sin pausas ni reflexión, escasa de lecturas y, por lo tanto, sin apertura al diálogo. Sí Vida Sí Familia es inamovible en sus postulados e incapaz de reconocer que sus motivos son los de la intolerancia y el odio. Como niño caprichoso y maleducado, hace una rabieta egoísta que terminará por molestar al vecino que nada debe y que solo quiere vivir en libertad.
Por supuesto, Sí Vida Sí Familia no cree que su raza sea superior, pero sí que sus ideas son las correctas y que deben ser el eje rector del resto de los ciudadanos. La organización quizás no ha emprendido una marcha que termine con un final mortuorio como la de Charlottesville, pero la ideología que sostiene es la misma que ha provocado que Veracruz sea segundo lugar a nivel nacional en crímenes de odio, que haya aproximadamente cada dos días un feminicidio en el estado y que el respeto al cuerpo y a la autonomía de las mujeres sea nulo.
El 18 de agosto Sí Vida Sí Familia se pronunció como inquisidor, pero también fue el aniversario luctuoso del gran poeta Federico García Lorca. He ahí nuestras opciones: el odio y la intolerancia, o la diferencia y la libertad.
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