El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, indultó a 18 inmigrantes en riesgo de deportación, entre los que destacó la connotada activista transgénero Lorena Borjas, originaria de México.
El indulto, emitido el miércoles, buscó beneficiar a personas que contribuyen a la sociedad y que enfrentan la amenaza de la deportación como resultado de condenas anteriores.
Borjas, mujer transgénero de 57 años de edad, fue declarada en 1994 culpable de un delito, pese a haber sido ella misma víctima de la trata de personas.
Además de ser una firme defensora de las comunidades transgénero y los inmigrantes en Estados Unidos, la labor de Borjas incluye la realización de pruebas VIH para trabajadoras sexuales transgénero y programas de intercambio de jeringas para mujeres trans que se inyectan hormonas.
Actualmente, la mexicana trabaja como educadora en centros de salud comunitarios en toda la ciudad de Nueva York, además de que ha recibido reconocimientos de funcionarios y miembros de la comunidad, incluida la defensora pública de Nueva York, Letitia James.
Con este perdón, Borjas espera obtener la ciudadanía y evitar la deportación, a fin de poder continuar de manera efectiva su trabajo humanitario en el estado de Nueva York, de acuerdo con la oficina de Cuomo.
Entre los 18 inmigrantes indultados se encuentran además un ciudadano de República Dominicana y otro de Estonia.
La oficina de prensa de Cuomo declinó proporcionar a Notimex la nacionalidad del resto de los inmigrantes indultados.
Los indultos se confieren a personas condenadas por crímenes no violentos, que no han cometido delitos durante 10 años o más, y cuyas sentencias reducen sus posibilidades de residir en Estados Unidos.
Estos perdones otorgarán la posibilidad de obtener la residencia legal a padres de niños pequeños, a quienes cuidan a sus padres ancianos o cónyuges discapacitados, así como a propietarios de pequeñas empresas, miembros de juntas comunitarias, líderes cívicos y personas con enfermedades graves.
El gobierno del estado precisó que el indulto no anula automáticamente una orden de deportación emitida por el gobierno federal, aunque sí elimina una barrera que impide a un inmigrante permanecer en el país.
“Estos neoyorquinos han demostrado su rehabilitación, en algunos casos durante décadas, pero no han podido obtener un estatus legal o reingresar completamente a la sociedad debido al estigma de la condena”, expresó Cuomo.
El gobernador Cuomo añadió que “si bien el gobierno federal sigue atacando a los inmigrantes y amenaza con separar a las familias con la deportación, estas acciones dan un paso crítico hacia una Nueva York más justa, más equitativa y más compasiva”.
