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Reforma/Edgar Hernández

En Tapachula, Chiapas, algunos migrantes llevan varios días en el puente con la esperanza que el INM regularice su situación.

En el recinto federal, el Instituto Nacional de Migración ha dispuesto el registro de los extranjeros con la promesa de regularizarlos.

Las personas del Triángulo Norte aguardan bajo carpas que las autoridades montaron como albergues donde les ofrecen ayuda humanitaria.

Armando Mendoza y su esposa Ana Gallardo llevan siete días sobre el puente fronterizo. El INM le tomó sus datos generales y ahora esperan que la autoridad mexicana les resuelva su situación.

Mientras tanto, la pareja de hondureños acampa bajo un árbol junto con sus tres hijos de tres y dos años de edad, así como un bebé de 11 meses.

Otros todavía hacen fila sobre el puente internacional a la espera de ser registrados.

Porfirio Sánchez, también de Honduras, viaja con su hijo de 17 años en busca del sueño americano.

Lleva tres días ahí a la espera de ingresar a los módulos del INM.

Llegó a la frontera con la intención de sumarse a las caravanas u obtener un documento y seguir por su cuenta con un grupo de nueve connacionales hacia el norte, pues en su país no hay trabajo y sí mucha violencia.

«Estamos esperando los papeles que según están dando», expresó el migrante centroamericano.