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EFE

El museo en conmemoración de la matanza de Tiananmen de 1989 de Hong Kong, el único que rememora lo ocurrido en territorio chino, cerró hoy sus puertas debido a demandas judiciales y presiones, aunque tiene intención de volver a abrir en un año.

La Alianza en Apoyo de Movimientos Democráticos Patrióticos de China de Hong Kong, al frente del espacio cultural, ha decidido cerrarlo temporalmente tras una batalla legal “políticamente motivada”, según su Presidente, Albert Ho Chun-yan.

“Aunque el cierre del museo en este enclave particular es permanente, puedo asegurar que uno será pronto abierto, espero que en el margen de un año”, dijo Ho en declaraciones que recoge hoy el diario hongkonés South China Morning Post (SCMP).

Ho y sus socios decidieron cerrar el centro, abierto en 2014, al no poder hacer frente a los costes de las demandas judiciales interpuestas por la asociación de propietarios del edificio donde actualmente opera y que creen ocultan motivaciones políticas.

El principal argumento que sostiene la demanda obedece a la supuesta ilegalidad en el uso del inmueble alquilado por la organización, que podría estar restringido únicamente al comercial y no al de sala pública.

La decisión de abandonar el pequeño espacio que ocupa el museo, apenas 80 metros cuadrados en un inmueble del populoso y comercial barrio hongkonés de Tsim Tsa Tsui, también se debe al “acoso” del personal de seguridad del edificio a los visitantes, especialmente los procedentes de China, alegó la Alianza en los pasados meses.

Ho aseveró al SCMP que, pese a la corta vida del museo actual, su “perseverancia” ha enviado un mensaje a Pekín y al mundo: “nunca nos daremos por vencidos”.

La Alianza lanzó en abril una campaña pública para recaudar fondos que les permitan reubicarse el próximo año.

El anuncio del cierre llega un momento delicado para las relaciones de Hong Kong y China en autonomía y control político.

Mientras Hong Kong disfruta de libertades de expresión o prensa respecto a la vecina China, consagradas en el acuerdo alcanzado entre Gran Bretaña y Pekín de 1997, la injerencia china en asuntos de la Región Administrativa Especial de Hong Kong parece aumentar.

A la decisión del Gobierno chino de retrasar la puesta en marcha de un sufragio universal sin restricciones para Hong Kong en 2014 se suma el misterioso y polémico caso de la desaparición a finales de 2015 de editores hongkoneses críticos con Pekín.