Su vida estuvo marcada por la guerra de los Cien Años. Se cree que nació el 6 de enero de 1412 en Domrémy, Francia, en el seno de una familia humilde, debido a lo cual no sabía leer ni escribir.
Cuando tenía apenas 13 años, confesó que había visto en el jardín de sus padres a San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita. Según afirmaba, le habían dicho que tenía que llevar una vida piadosa y devota. Años más tarde, diría que el Señor le había encargado una difícil misión: la de dirigir el ejército francés para coronar al delfín Carlos, primogénito de Carlos VI de Francia, y expulsar al ejército inglés del país recuperando los terrenos de Orleans.
Con 17 años encabezó el ejército real francés, tras convencer al rey Carlos VII de que expulsara a los ingleses de Francia.
Durante el asedio de Compiégne fue capturada por el duque de Borgoña el 24 de mayo de 1430 para ser vendida después a los ingleses.
En manos inglesas, fue conducida hasta Ruán, donde un tribunal eclesiástico la juzgó y acusó de brujería y herejía, afirmando que las voces que escuchaba no eran de los santos ni de Dios, sino del mismísimo diablo. Este juicio tenía como fin desprestigiar a Carlos VII, aduciendo que había sido fiel seguidor de una bruja, por lo que su coronación sería nula.
El proceso duró tres meses y fue declarada culpable de los cargos de brujería y herejía el 25 de mayo de 1431. Fue un juicio que no dejó opciones de defensa a la acusada y además se basó en argumentos débiles y sin fundamento. Asimismo, Carlos VII, a quien había ayudado a conseguir el trono, no hizo nada por ayudarla.
A pesar de que había defendido siempre su inocencia, se retractó y afirmó lo que el tribunal decía, lo que hizo que la pena de muerte se convirtiese en cadena perpetua. Sin embargo, volvió a cambiar su declaración y afirmó de nuevo que las voces que había escuchado eran voces divinas. Debido a ello fue condenada a morir en la hoguera.
Fue ejecutada el 30 de mayo de 1431 en la plaza del mercado de Ruán.
Una comisión pontificia rehabilitó su figura el 7 de julio de 1456, centrándose su culto en la ciudad de Orleans. Juana se convertiría en heroína francesa tras la derrota francesa de 1870. El Papa Pío XII la beatificó el 18 de abril de 1909, y fue canonizada el 16 de mayo de 1920, tras la victoria de Francia contra Alemania en la Primera Guerra Mundial.