La curiosidad por su pasado familiar empujó a Fernando Llanos (Ciudad de México, 1974) a un recorrido histórico. A la lectura de cientos de documentos y archivos fotográficos del México revolucionario.
Preguntar y desenredar la madeja de sus antepasados. Esa pesquisa derivó no sólo en el documental Matria, que se estrena mañana en salas de cine, sino en una publicación. Una suerte de libro de artista.
Se trata de la edición de impresa de las más de 50 horas de entrevista que realizó Llanos, además del guión original, grabados y animaciones que sirven como bitácora de la realización del documental. Es una proyección paralela al documental de una hora. Para el artista, concluir la película en un libro es un proceso natural en su trabajo. Éste es la publicación 18 a cargo de Llanos.
Es consecuencia de algo que ya había trabajado. En el libro metimos lo que ya no cabía en la cinta. Como una entrevista donde se comentaba sobre Zedillo, hay grabados, dibujos animados que hice para los créditos y el resto de las animaciones también”, detalla el videoasta, escritor y curador.
El documental y el libro cuentan la historia de Antolín Jiménez Gamas, abuelo de Llanos. Antolín fue un político tabasqueño, teniente coronel durante la Revolución, junto con Francisco Villa.
Pero entre sus hazañas llama la atención que fue fundador de la Legión de los Guerrilleros Mexicanos, un grupo de 100 mil charros entrenados para repeler la posible invasión nazi. Y más allá del relato familiar sobre Antolín, la película refiere a temas políticos tan arraigados como la gesta revolucionaria.
Con entrevistas a familiares y especialistas, tanto el libro como el documental hablan sobre la construcción de la identidad mexicana, los prejuicios del imaginario colectivo y los tabúes de la historia del país. El cometido es repensar el sentido y valor de “la madre Patria”, dice el artista.
A la distancia, Antolín es un protagonista de la historia que invita a reflexionar sobre el pasado de México: “En un momento en el que vemos en las noticias como está el país, creo que es importante hablar de la historia; es una manera de reconocernos en un espejo, apreciar nuestra identidad y tradiciones. Es una revisión y es una manera no acartonada ni pomposa para reflexionar”, añadió.
La película sigue la cronología de la vida de Antolín, su cercanía a la guerra e interés político. Es la recapitulación de un hombre, pero a la vez es hurgar en los archivos del país, y entender el actual sistema fallido, los excesos del gobierno que son de antaño.
El filme, que ganó el premio de Mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2014, se estructura a través de los testimonios de los hijos de Antolín: Eugenia y Elena. Participaron Heriberto Cañete, integrante del Escuadro 201, que participó en la Segunda Guerra Mundial.