¿Se imagina a miles de hombres a caballo armados con pistolas, machetes o escopetas y organizados para defender a su país de una invasión nazi?
Pues eso ocurrió en México. Durante la Segunda Guerra Mundial se creó un ejército de 100.000 charros en previsión de un eventual ataque de fuerzas del Eje.
Los charros son jinetes que provienen de una antigua tradición originada en el Virreinato y que durante siglos se encargaron de la seguridad en haciendas y zonas rurales.
Es un capítulo desconocido de la historia de México, enfrentado a los países que formaron el Eje (Alemania, Japón e Italia) por el hundimiento de dos barcos frente a sus costas.
El inédito ejército se llamó Legión de Guerrilleros Mexicanos y su creador fue Antolín Jiménez Gamas, un excombatiente de la Revolución a las órdenes de Francisco Villa.
La historia se cuenta ahora en el documental «Matria«, estrenada el 16 de septiembre en salas cinematográficas del país.
El filme, realizado por Fernando Llanos, nieto del combatiente, ha ganado varios reconocimientos internacionales, como el Festival de Cine de Morelia.
Simpatía por los nazis
La idea de organizar a un grupo de jinetes para enfrentar al que en su momento fue el ejército más poderoso del mundo parece descabellada.
Pero en el momento en que nació el miedo a una eventual invasión era real.
Algunos como el escritor Juan Alberto Cedillo han documentado, por ejemplo, que en México operaba una red de espías alemanes vinculada incluso con altos funcionarios.
En su libro «Los nazis en México», Cedillo cuenta que Adolf Hitler tenía un especial interés en las reservas de petróleo mexicanas.
Además existía una marcada simpatía por el Partido Nacionalsocialista entre intelectuales de este país.
La situación cambió cuando el 13 de mayo de 1942 el petrolero Potrero del Llano fue hundido en el Golfo de México. Siete días después otro barco, el Faja de Oro, también fue atacado.
México abandonó la neutralidad que mantenía en la Segunda Guerra Mundial y abrió hostilidades contra los países del Eje.
Apenas un mes después empezó la organización del ejército de charros, cuenta Fernando Llanos.
«Sabía tácticas guerrilleras»
Antolín Jiménez combatió en la Revolución Mexicana (1910-1915) bajo las órdenes de Francisco Villa.
En su ejército, conocido como Los Dorados de Villa, alcanzó el grado de teniente coronel.
Cuando se retiró, se acercó a una logia masónica que le abrió la puerta a los círculos políticos del país.
Fue elegido diputado tres veces –no consecutivas– por Oaxaca, a pesar de haber nacido en Tabasco. Los dos estados están en el sureste del país.
Pero cuando estalló la Segunda Guerra Mundial su estrella política estaba en declive. De hecho cuando México abrió hostilidades Jiménez Gamas era presidente de la Asociación Nacional de Charros.
De allí surgió la idea de organizar a la Legión de Guerrilleros. El director del documental cree que pudo haber dos razones para impulsarlo.
Una era su experiencia en combate. «Tenía tres balazos en el cuerpo de cuando fue teniente coronel. Dinamitó un tren, se agarró a balazos», explica.
«Sabía las tácticas guerrilleras y por eso dijo: de que se puede se puede».
Pero la segunda razón fue más práctica: conseguir visibilidad para tratar de colarse de nuevo a la política.
Al final la Legión fue organizada, incluso con el permiso del gobierno del entonces presidente Manuel Ávila Camacho.
Un documento en los archivos de Jiménez Gamas cuenta el propósito del nuevo ejército: «Defender con nuestras vidas el honor del inmaculado pabellón tricolor, símbolo de libertades y emblema de una heroica tradición».
Entrenamiento
Durante un año los grupos de legionarios aprendieron estrategias de guerra que les enseñaron excombatientes de la Revolución.
«Entrenaban los domingos a toda la gente a caballo, con machetes y sus armas», dice Fernando Llanos. «Era prepararlos en caso de invasión».
Nunca usaron su entrenamiento porque el ataque no ocurrió, pero en su momento el país se lo tomó muy en serio.
La muestra fue que en 1944 se creó la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, que en junio del año siguiente participó en las batallas de Japón.
El grupo de pilotos que tomó parte en los combate se llamó Escuadrón 201.
Para ese entonces la Legión ya había sido disuelta y su creador se dedicó a la edición de libros, un negocio donde prosperó.
También abandonó el traje de charro pues tras varios infartos los médicos le prohibieron volver a montar a caballo.
Charros contra nazis
El documental «Matria» nació hace seis años, cuando Fernando Llanos revisó el archivo de su abuelo para otro proyecto que tenía.
Cuando llegó a la parte de la Legión se dijo «guau»: «Esta historia es mía, porque nadie algo tan extraño como lo que tengo yo».
«Dije: esto es una película, charros contra nazis», como referencia a uno de los filmes más controvertidos del cine mexicano llamado «Charros contra gángsters», del director Juan Orol.
Pero concretar el documental no fue tan sencillo, pues la producción duró 4 años.
En 2014 se presentó en el Festival de Cine de Morelia y luego fue exhibida en otros certámenes internacionales.