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Crónica del Poder

Como parte del programa Leer es un placer, el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC) ha programado un evento para recordar la vida y obra del poeta Rubén Darío, en el centenario de su fallecimiento, este miércoles, a las 18:00 horas, en el Museo de Arte del Estado de Veracruz (MAEV) y con entrada gratuita.

Las voces que darán vida a la obra poética del nicaragüense en este homenaje serán estudiantes coordinados por Luis Gustavo Bautista Bandala, acompañado por Silvia Elena Valiente Sánchez, Mayra Pesce Bautista, Fernanda Jazmín Montiel Nieto y Daniela Torres Pesce.

Rubén Darío fue el seudónimo del gran poeta Félix Rubén García Sarmiento, iniciador y máximo representante del modernismo hispanoamericano. Su familia era conocida por el apellido de un abuelo, ‘La familia de los Darío’, y el joven escritor, en busca de eufonía, adoptó la fórmula como nombre literario de batalla.

El poeta de América, fallecido el 13 de febrero de 1916, nació el 18 de enero de 1867 en el departamento de Nueva Segovia, pueblo de Metopa, antes Chicoyo y después de su muerte Ciudad Darío, en Nicaragua.

Vivió dos años en El Salvador relacionándose con los poetas más distinguidos, y en 1884 regresó a su país y publicó su primer libro, Primeras notas. Viajó a Chile, donde interiorizó las nuevas corrientes de la literatura francesa y dio principio a su obra innovadora con Azul. A partir de 1888 conoció a escritores de Buenos Aires y El Salvador.

Sus primeros poemas son una mezcla de tradicionalismo y romanticismo: Abrojos (1887) y Canto épico a las glorias de Chile (1888). Ese mismo año escribió Azul, revisado en 1890 y dividido en cuatro partes: Primaveral, Estival, Autumnal e Invernal.

A este libro debe que sea considerado como el creador del modernismo; escritores como Ramón María del Valle-Inclán, Antonio Machado, Leopoldo Lugones o Julio Herrera y Reissig lo reconocieron como el creador e instaurador de una nueva época en la poesía en lengua española.

Fue nombrado Cónsul de Colombia en Buenos Aires; ahí encabezó el movimiento modernista y fundó con Jaime Freyre la Revista de América. En 1896 publicó Los raros y Prosas profanas, además de viajar por diferentes países europeos y del norte de África.

En 1905 residió en España, donde dio a conocer Cantos de vida y esperanza. Un año después asistió como Secretario de la Delegación Nicaragüense a la Conferencia Panamericana de Río de Janeiro; se instaló en Buenos Aires y sufrió severos padecimientos.

Representó a su país en Madrid y en 1910 vino a México a las fiestas del Centenario, donde fue recibido triunfalmente. Viajó por varios países y se quedó en París. Durante 1915 alternó su residencia entre Nueva York y Guatemala. Contrajo varias enfermedades mientras radicaba en ese país y su familia se lo llevó a Nicaragua, para morir en su hogar.