Con el objetivo de celebrar un año más del Centro de las Artes Indígenas (CAI), institución de formación totonaca, ubicada en la zona arqueológica de El Tajín, se reunieron Abuelos del Kantiyan, maestros tradicionales, autoridades administrativas y comunidades escolares para compartir los avances a lo largo de 10 años.
El festejo de aniversario comenzó con una oración en la Casa Grande, para dar inicio con el Círculo de la Palabra en torno al patrimonio cultural que hoy es el recinto. Los asistentes reflexionaron sobre los logros y los retos derivados de la enseñanza artística totonaca, los cuales se proyectan en cada una de las Casas-Escuela de Tradición.
Posteriormente se organizó un rezo y se ofreció una comida a los pilares del CAI, que fue incluido en la Lista de Mejores Prácticas para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2012.
El Centro de las Artes Indígenas surgió en 2006 para desarrollar una labor de protección y herencia del patrimonio totonaca, bajo un método de trabajo que incluye la regeneración cultural integral a partir del modelo kachiquín (poblado), integrado por casas, plazas, calles, mercados, jardines, salones y auditorios.
Las Casas-Escuela que lo integran son: Kantiyan o Casa de los Abuelos, Mundo del Algodón, de la Alfarería Tradicional Totonaca, de las Pinturas, del Arte de la Representación, de la Música, de la Palabra Florida, del Arte de Sanar, del Corazón de la Madera, de la Cocina Tradicional Totonaca, de Turismo Comunitario, de Medios de Comunicación y Difusión, de la Tierra y de las Danzas Tradicionales, que orienta cuatro escuelas de Niños Voladores.
En cada uno de estos sitios se transmiten los conocimientos por medio de un sistema que retoma y practica la regeneración, al sembrar la semilla del conocimiento en los niños y jóvenes.
Destaca que en este proceso los Abuelos son los principales guías por su sabiduría, consejos y enseñanzas que fundamentan la formación tradicional, que transmiten a los alumnos mediante diálogos, observaciones y ejemplos.
En este sentido, la investigación es medular para el proceso artístico, ya que se indaga en fuentes documentales y testimoniales de los Abuelos y familiares conocedores de la cultura, para después hacer que la información se comparta y se analice a través del diálogo para la toma de decisiones, propuestas y acciones prácticas.
De esta manera, junto con la zona arqueológica, reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad (1992), y la Ceremonia Ritual de Voladores, Patrimonio Cultural Inmaterial (2009), el CAI sintetiza la cosmovisión de una de las grandes culturas indígenas vivas del país.
Es por ello que continúa afianzándose como modelo único de regeneración cultural, ejemplo de labor comunitaria y fuente de trabajo sustentada en el rescate identitario, lo que garantiza la salvaguardia del gran legado totonaca, al compartirlo con el resto de las culturas del mundo.