El presidente Enrique Peña Nieto logró con el Pacto por México no sólo revolucionar la política de su país, sino que pudo haberlo rescatado y dejar un legado perdurable de reformas, consideró hoy el editor gerente de Foreign Affairs, Jonatah Tepperman.
En un artículo de opinión para The Washington Post titulado “Cómo el Presidente de México pudo haber rescatado a su país”, sostuvo que el Pacto alcanzado entre el PRI, el PAN y el PRD equivaldría a que Estados Unidos pasara una reforma migratoria, bancaria y de financiamiento electoral.
“El mayor éxito de Peña Nieto fue algo que muchos gobiernos (incluido el nuestro) sólo pueden soñar: Resquebrajar el estancamiento político que había paralizado al país durante años. Y eso hace que valga la pena estudiar esta historia pese a traspiés subsecuentes”, escribió Tepperman.
“Sería un gran error desestimar la Presidencia de Peña Nieto”, subrayó.
Destacó que el logro de México es un recordatorio crucial del divisivo año electoral de Estados Unidos: “Aún las más venenosas rivalidades políticas se pueden superar y los peores estancamientos políticos pueden romperse”.
En su recuento de la consecución del Pacto por México, Tepperman reveló que Peña Nieto manejó las pláticas de manera ingeniosa e íntima –con sólo nueve participantes, tres por cada partido-.
“La intimidad –junto a muchas comidas compartidas y rondas de tequila- alentó a los rivales a verse como gente de verdad. Además la secrecía ayudó a construir confianza y ayudó a evitar la presión de intereses especiales”, apuntó Tepperman.
Asimismo indicó que otro factor positivo fue que el PRI mostró disponibilidad de hacer concesiones y cedió algunas de sus prioridades, como su oposición a la reforma electoral, con lo que convenció a sus rivales de hacer lo mismo.
Finalmente, escribió Tepperman, Peña Nieto se mostró perspicaz cuando decidió la secuencia de las reformas: Aceptó que se aprobaran las reformas menores de otros partidos antes que las grandes.
“Lo que eso hizo, me dijo el presidente, fue blindar el Pacto mostrando a todas las partes que no podían obtener todo lo que querían, a menos que todos se apegaran al plan”, anotó.
En los siguientes 18 meses se aprobaron 85 reformas mayores con el apoyo del 80 por ciento de los legisladores.
El efecto fue romper los monopolios de México, revigorizar el sector petrolero, confrontar al sindicato de maestros y modernizar las leyes impositivas, además de aprobar una ley contra la comida chatarra a fin de combatir la epidemia de diabetes, abundó Tepperman.
Desafortunadamente para México y para Peña Nieto, acotó, el crecimiento no ha llegado, los mexicanos no han visto mejoras y culpan al presidente, además de que eN algunos estados están combatiendo la reforma educativa.
“Pero nada de esto es realmente culpa de Peña Nieto, a diferencia de otros escándalos con los que ha tropezado, por lo que lleva la culpa”, señaló.
En su análisis final, Tepperman sostiene que no puede negarse el “valor” de un presidente que aprobó las reformas estructurales aunque tomara tiempo recibir sus beneficios.
“Eso hace el valor de Peña Nieto y sus socios más impresionante. Más allá de sus fallas, y hay muchas, no se puede negar que es un presidente valiente (…) el legado del gran pacto subsiste”, finalizó.