Este 25 de octubre se cumplen 135 años de nacimiento de Pablo Picasso, pintor, dibujante y escultor español y creador del cubismo, género que influye en todas las corrientes estéticas contemporáneas.
Pablo nació en 1881 en Málaga, España, es hijo del también artista José Ruiz Blasco. En 1895 su familia se trasladó a Barcelona, donde el joven pintor se rodeó de un grupo de artistas y literatos, según información del sitio electrónico “biografiasyvidas.com”.
De 1901 a 1904 alternó su residencia entre Madrid, Barcelona y París, al mismo tiempo que entró en lo que se conoce como su “periodo azul”, con fuerte sello simbolista, y en el último año decidió instalarse en la capital francesa, a orillas del río Sena.
Entonces entabló amistad con creadores como Guillaume Apollinaire, Max Jacob y André Salmon, y enseguida sus cuadros variaron hacia los colores tierra y rosa, por lo que esta etapa de su arte se conoce como “periodo rosa”.
Por estos años también entabló relación con personajes del mundo bohemio como Leo y Gertrude Stein, así como conoció a quien sería su representante y vendedor de obra, Daniel-Henry Kahnweiler.
Fue en 1906 cuando empezó la elaboración del cuadro de gran formato “Las señoritas de Aviñón”, que marcaría un antes y un después del arte por la integración de varias influencias artísticas, entre las que se han encontrado la africana, española, El Greco y Paul Cézanne.
De acuerdo con la fuente, “Picasso se adentró en una revisión de buena parte de la herencia plástica vigente desde el Renacimiento, especialmente en el ámbito de la representación pictórica del volumen. Las tramas geométricas eliminan la profundidad espacial e introducen el tiempo como dimensión al simultanear diversos puntos de vista: era el inicio del cubismo”.
En esta aventura le acompañó Georges Braque, que en su primera fase fue más bien analítica, pero a partir de 1912 ambos le hicieron más flexible mediante la aplicación de materiales distintos incrustados en los cuadros.
Al movimiento se incorporó por esas fechas el también español Juan Gris, imponiéndole síntesis al cubismo y abriendo la paleta a más colores, así como nuevos materiales y referencias.
De 1915 a 1920 Picasso se fue despegando del cubismo para retomar un arte figurativo, apegado al origen de la pintura y coincidente con sus raíces mediterráneas. En 1919 se casó con la bailarina Olga Koklova, con quien ya tenía un hijo, Paulo.
En 1928 inició su interés por la cerámica, arte en el que también se caracterizó por las innovaciones, y siete años después nació su hija Maya, fruto de la relación que sostenía con Marie-Therèse Walter a la vez que seguía casado con Koklova.
Sin embargo, en 1936 Picasso incorporó a su vida sentimental a la fotógrafa Dora Maar. En ese año inició la Guerra Civil de España, ante cuya realidad pintó uno de los cuadros más renombrados en la historia de la pintura: el “Guernica” (1937), de gran formato.
La pieza exhibe en su desgarradora escena una denuncia del bombardeo de la aviación alemana que arrasó con dicha población vasca, lo que fue un apoyo a las tropas franquistas que luchaban contra las republicanas.
Hacia 1943 incluyo en su vida amorosa a Françoise Gilot, con quien procrearía dos hijos más, Claude y Paloma, y tres años después cambió su residencia a Antibes, entrando de lleno en el arte de la cerámica.
Su arte pictórico no se detuvo, creando múltiples piezas, y en 1961 se casó por segunda ocasión, con Jacqueline Roque, con quien se fue a vivir al castillo de Vouvenargues, donde trabajó hasta el último día de su vida, el 8 de abril de 1973.