El Día de Muertos es una de las tradiciones mexicanas con mayor alcance; en 2003, la UNESCO consideró esta fiesta como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
La celebración a los muertos data de épocas prehispánicas. Te compartimos algunos datos que quizá no conozcas sobre esta festividad, de acuerdo con el texto «El altar de muertos: origen y significado en México», el cual fue publciado por la Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Universidad Veracruzana.
Agosto, mes para los muertos
Durante la época prehispánica, la festividad del Día de Muertos se conmemoraba en el noveno mes del calendario solar, el cual iniciaba en agosto. El festejo duraba todo un mes.
Viaje al Mictlán
La celebración del Día de Muertos tiene sus orígenes en la época prehispánica. Para los antiguos mexicanos, la muerte era el comienzo de un viaje hacia el Mictlán, es decir el reino de los muertos o inframundo.
El viaje al Mictlán duraba cuatro días, tras los cuales los viajeros llegaban ante Mictlantecuhtli (El Señor de los muertos) a quien le ofrecían obsequios.
Posteriormente, eran enviados a una de las nueve regiones donde permanecían un periodo de prueba que duraba cuatro años, antes de llegar a la morada de su eterno descanso, conocida como “obsidiana de los muertos”.
Mictlantecuhtli, el señor de los muertos. Esta pieza se encuentra en el Museo del Templo Mayor.
Los destinos en el Mictlán
Los antiguos mexicanos creían que el destino del alma del muerto estaba determinado de acuerdo al tipo de muerte.
Por ejemplo, los que morían ahogados iban al Tlalocan o paraíso de Tláloc; los que morían en combate o en sacrificio y las mujeres muertas en parto, iban al Omeyocan o paraíso del Sol.
El Mictlán estaba destinado para todas las personas que morían de muerte natural.
Representación de la muerte. Pieza que se encuentra exhibida en el Museo de Antropología.
Los muertos niños
Los niños muertos iban a un lugar llamado Chichihuacuauhco, donde había un árbol de cuyas ramas goteaba leche para que no pasaran hambre.
Representación del Chichihuacuauhco
Inframundo pero no infierno
Los antiguos mexicanos no creían en el infierno; es decir en un lugar donde habría un infinito castigo.
Mezcla de culturas
La tradición de actual del festejo de Día de Muertos es una mezcla de la celebración indígena y el catolicismo.
No se trata de una tradición homogénea, pues al paso de los años y en las distintas regiones del país, se han ido incorporando elementos al festejo.
El festejo de los Fieles Difuntos comenzó cuando arribaron restos de santos al Puerto de Veracruz; los cuales eran transportados a diferentes destinos, «en ceremonias acompañadas por arcos de flores, oraciones, procesiones y bendiciones de los restos en las iglesias y con reliquias de pan de azúcar –antecesores de nuestras calaveras– y el llamado ‘pan de muerto'».
Corto documental que realizó Google México a propósito del Día de Muertos
28, 30 y 31 de octubre también son Día de Muertos
El 28 de octubre se recuerda a los muertos que perdieron la vida de manera violenta; ya sea en un accidente o asesinados. Mientras que el 30 y 31 se hace lo propio con los niños que murieron sin ser bautizados.
Los ayudantes de las ánimas
Se cree que las personas que mueren un mes antes del 1 y 2 de noviembre, no acuden a la ofrenda pues no tienen tiempo de pedir permiso para regresar. Y son solo ayudantes de otras ánimas en su camino.
Los niveles del altar de muertos representan los estratos de la existencia. Por ejemplo, un altar de dos niveles simboliza la tierra y el cielo; los de tres niveles incorporan el inframundo o purgatorio.
Un altar de siete niveles simboliza los pasos necesarios para descansar en paz; este tipo de altar es el más tradicional.
Elementos que debe contener el altar
Los elementos más destacados que debe contener un altar de muertos son:
- La imagen del difunto, que se coloca en la parte más alta del altar;
- Una cruz, que va al lado de la imagen del difunto, puede ser de sal o ceniza;
- Una imagen de ánimas del purgatorio, sirve para que en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en dicha instancia, salga más rápido;
- Copal o incienso, que sirve para purificar y limpiar;
- Arco, se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos;
- Papel picado, representa la alegría del Día de Muertos;
- Velas, veladoras y cirios: representan la luz que guía;
- Agua: es de mucha importancia porque refleja la pureza del alma, además sirve para que los espíritus mitiguen su sed. También se puede colocar un jabón o toalla a un costado, para que los difuntos se pueda asear;
- Flores de cempasúchil: sirven de guía a los espíritus en este mundo;
- Calaveras: sirve para recordar que la muerte siempre está entre nosotros;
- Comida: se pone para que el alma que nos visita disfrute los platillos que le gustaron en vida;
- Pan: representa la eucarestía;
- Bebidas alcohólicas: igual que la comida, son para el disfrute de las almas;
- Objetos personales: se colocan para que los difuntos recuerden sus momentos en vida.
¿Por qué festejamos a los muertos?
Porque algún día nosotros seremos los festejados y nos uniremos a esas ánimas que nos visitan.
El artículo publicado por la Universidad Veracruzana sintetiza de esta manera la razón de este festejo para los mexicanos:
«La muerte, en este sentido, no se enuncia como una ausencia ni como una falta; por el contrario, es concebida como una nueva etapa: el muerto viene, camina y observa el altar, percibe, huele, prueba, escucha. No es un ser ajeno, sino una presencia viva. La metáfora de la vida misma se cuenta en un altar, y se entiende a la muerte como un renacer constante, como un proceso infinito que nos hace comprender que los que hoy estamos ofreciendo seremos mañana invitados a la fiesta».
Te recomendamos leer el texto completo que realizaron Patricia Beatriz Denis Rodríguez, Andrés Hermida Moreno y Javier Huesca Méndez; lo puedes consultar en este link o descargar el PDF que a continuación te presentamos.