La crisis que se vive en el país y los difíciles tiempos que vienen, obligan a México a “reinventarse”. Por ello, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) debe seguir siendo un espacio de libertades, reflexión y serenidad, donde puedan discutirse todos los temas y darse algunas propuestas para la solución de los problemas nacionales, asegura el rector Enrique Graue Wiechers.
Ubica a una juventud desesperanzada por la falta de oportunidades y con una visión poco optimista de su futuro. En ese sentido, enfatiza, se debe atender a los jóvenes, brindarles más espacios educativos y laborales para que renazca en ellos la certidumbre de que los años por venir serán mejores.
En entrevista con La Jornada, Graue Wiechers hace un balance de su primer año al frente de la casa de estudios y asegura que la UNAM “seguirá creciendo” aunque con el difícil año presupuestal será complejo.
El oftalmólogo, de 65 años de edad, llegó a la rectoría en noviembre de 2015, aun cuando la mayoría de las apuestas se cargaban hacia otras dos propuestas. Así, se convirtió en el tercer egresado de la Facultad de Medicina en ocupar el cargo después de la huelga estudiantil de 1999-2000, lo antecedieron Juan Ramón de la Fuente (1999-2007) y José Narro Robles (2007-2015). Ayer cumplió un año de haber tomado posesión y con el sentido del humor que lo caracteriza afirma: “Ya le voy entendiendo”.
–¿Cuál es su balance?
–Encontré una Universidad en crecimiento y estable, y un año después sigue en crecimiento y estable. Hemos ampliado la oferta académica: aprobamos tres licenciaturas nuevas (matemáticas aplicadas, música y tecnología artística y neurociencias), con lo que se llegó a 118 licenciaturas; dos planes de especialización y mejoramos el número de posgrados inscritos en el padrón de calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; en tecnologías de la información y redes sociales y en reglamentación. Vamos para adelante en todo.
–¿Qué dificultades ha encontrado?
–La mayor dificultad de una institución como ésta son los presupuestos, son siempre insuficientes. Uno quisiera satisfacer las necesidades de todos y no es posible. Hoy nos enfrentamos a una etapa muy difícil, donde todas las instituciones públicas de educación superior sufrieron (recortes para 2017). A nosotros nos respetaron por lo menos cierto ritmo de incremento, es marginal si se descuenta la inflación, pero es 0.5 por cierto mayor (al de 2016), lo cual para las épocas que vive el país, fue muy bueno.
–¿Cómo se ejercerán los recursos en 2017?
–Básicamente en lo administrativo disminuiremos el gasto. Lo cuidaremos en crecimiento y construcciones. Es un gasto numeroso y hay que procurar que sea más pequeño. Probablemente el próximo año iniciemos la construcción de la ENES Yucatán, ampliaremos instalaciones en Ciudad Universitaria y en las Facultades de Estudios Superiores, trabajaremos en la ENES Morelia con una licenciatura, optometría, que casi está aprobada y que va a requerir instalaciones.
–¿Con el difícil año por venir, podrá crecer la matrícula?
–Será muy difícil. Se ha ampliado. Este año aumentó, poco, pero tuvimos 5 mil alumnos más. Ya estamos muy saturados. El problema está claro: cada vez hay más egresados del bachillerato (en todo el país), lo que es espléndido, superamos 70 por ciento de cobertura en ese nivel. ¡Pero no estamos ampliando la educación superior! Ese será un primer problema que viviremos en agosto, tendremos mayor egreso en bachillerato y en consecuencia mayor presión sobre las licenciaturas de las universidades públicas, cuando no hemos recibido el presupuesto suficiente para cubrir esa demanda.
–En su plan de trabajo pone énfasis en la actualización de los planes de estudio en los dos sistemas de bachillerato, ¿cómo se ha avanzado en ello?
–Ha habido cambio en contenidos. Se han dado reuniones tanto en el Colegio de Ciencias y Humanidades como en la Escuela Nacional Preparatoria, y los cambios propuestos son menores. También hemos avanzando para tener todos los contenidos educativos del bachillerato en línea, esperamos que a mediados del próximo año este casi completo.
–¿Qué se ha hecho para mejorar la seguridad en la UNAM?
–Incrementamos las cámaras de seguridad, casi a 300 en Ciudad Universitaria, y tenemos un centro de vigilancia. Esto ha permitido que se sientan más vigilados y detectar de forma temprana actos de violencia. Todos los delitos bajaron casi cinco por ciento este año y en el caso de robos hasta nueve por ciento. Hay una mejoría, aunque no la que quisiéramos. Hay zonas riesgosas, como el camino hacia el metro Universidad. Estamos trabajando en una appde seguridad, que tendrá botón de pánico, forma de chatear directamente con la oficina central, de filmar y de subir de inmediato los videos y también podrá alertar sobre en cuánto tiempo llegará el siguiente pumabús, aunque la tenemos atorada por el asunto de la cobertura en el campus, pero ya trabajamos en ello. Compramos 30 vehículos nuevos para vigilancia y siete cuatrimotos, hemos creado senderos seguros, y percibo en los trabajadores administrativos un ánimo de hacerlo mejor.
–¿Se ha atendido el narcomenudeo?
–Se han detenido a algunos grupos, no quisiera abundar mucho en esto. Seguro se detendrá a otros, pero aun así sigue. Había una zona muy angustiada, la conocida como Los Bigotes(cerca del metro Universidad) y hemos mejorado, aunque por el Frontón Cerrado (en la zona deportiva) todavía hay problemas. En este tema no quitaremos el dedo del renglón.
–¿Qué pasará con el auditorio Che Guevara?
–En marzo el mandato del Consejo Universitario fue solicitar a los ocupantes que salieran y que evitáramos la violencia, en eso hemos trabajado. Nos acercamos a organizaciones no gubernamentales y a un grupo de profesores de la facultad para que ellos procuraran hablar con estos jóvenes. No hemos obtenido mayor respuesta. En estos momentos evaluamos las siguientes acciones que se harán este mismo mes. Esto no quiere decir que vaya a haber golpes ni mucho menos pero sí daremos pasos jurídicos.
–¿Su administración analizará el método de designación de autoridades en la UNAM?
–Es un tema complejo, muchos de los cambios que se han propuesto (algunos académicos) son inadmisibles para nuestra Ley Orgánica, lo que implicaría cambiarla, para ello habría que llevarla al Congreso de la Unión, en principio no es una buena idea, porque es dejar nuestra estabilidad en manos de partidos políticos. Mientras no tengamos una propuesta en la que, respetando nuestra estructura orgánica, pudiéramos hacerlo mejor, no lo haría.
–¿Cómo ve los jóvenes?
–Enfrentan una falta de oportunidades. Hay que crear más espacios educativos en todos los niveles, es una pena que en el reciente proceso (de discusión presupuestal) no haya habido recursos para ello, y más espacios laborales. Hay una percepción de desesperanza, de no poder tener un futuro claro. Es el país el que tiene que cambiar, sobre todo ahora, que Trump será presidente de Estados Unidos. Tenemos que reinventarnos en todos sentidos, en nuestra relación con el vecino país, en la forma en que somos dependientes, en que somos empleados y no pensamos en autoemplearnos buscando innovar cosas. La sociedad debe tener un ánimo diferente en la parte comercial, en la industrial y en la educativa para que tengamos mejor esperanza de futuro.
“El próximo año se espera una efervescencia y una volatilidad en los mercados y la UNAM debe seguir siendo un espacio de libertades, reflexión y serenidad donde puedan discutirse todos los temas y darse algunas propuestas de solución a los conflictos de México y el mundo”.
–Datos recientes muestran un mayor número de denuncias por acoso y hostigamiento sexual hacia las universitarias. ¿A qué se debe el incremento? ¿Hay mayor cultura de la denuncia, han funcionado las campañas o se da más ese problema? Incluso la UNAM se incorporó al protocolo de la ONU Her for She.
–Era algo que teníamos previsto desde un principio, en el momento en que el protocolo comenzará a operar, iba a crecer el número de denuncias. Creo que dentro de unos ocho o diez meses estaremos viendo el verdadero nivel de acoso. Hemos tenido unas denuncias que no son, otras que sí son verdaderamente problemas de acoso o de interpretación de acoso. Ha habido algunos hechos violentos, alguien que golpeó a su novia, pero no de violaciones (sexuales). La mayor parte de los casos acaba en mediación. Ha habido hechos también de problemas homofóbicos y también han sido denunciados y atendidos. Son casos inadmisibles y como tal se están atacando.
–¿Se ha despedido a algún profesor por esta causa?
– A uno
–Últimamente han salido a la luz algunos casos de plagios académicos, tanto en la UNAM como en otras instituciones. ¿Cómo combatir este problema?
–Hay que evitarlos, identificarlos y sancionarlos, las tres cosas. Para identificarlos hemos comprado una serie de software. Otro elemento es que el plagio tiene una figura penal, creo que es el Código Penal el que lo determina, que asienta que es el plagiado quien tiene que demandar al plagiario, tema fuera de nuestra competencia. Cuando se encuentra un plagio en algunas de nuestras escuelas o facultades, es el director de esa entidad quien somete el caso al Tribunal Universitario, y éste dictamina, de acuerdo al tipo de plagio, el castigo que se le impone a quien incurrió en esa falta. El camino existe.
“¿Cómo prevenirlo? En la instancia legal a menos que el afectado lo denuncie, no se actúa. En cuanto a nosotros, nos toca por ejemplo crear un mecanismo para que nuestros estudiantes identifiquen bien el problema. Les pedimos hacer tesis, pero a veces no les decimos cómo hacerla bien. He platicado con el colegio de directores para que en el proceso de seminarios se diga cómo se cita algo, porque no hace daño citar siempre y cuando se entrecomille y se ponga la referencia. Cuando hay este tipo de problemas, generalmente son de esa naturaleza: alguien que copió unas ideas de algo, no los resultados, ha habido casos, pero es raro que suceda, es más bien en los marcos teóricos o en las discusiones donde se incurre en esto”.
–Hay un sector de profesores de asignatura que exigen mejores condiciones laborales y salariales. ¿Cómo se actuará?
–Están bien pagados, cuando escuchas sus declaraciones (de que ganan poco), no suman una serie de estímulos que reciben, como el de antigüedad. Dicen que ganan 300 pesos a la semana, sí, pero se convierten en 700, (con los estímulos). Sería insuficiente si tienes sólo dos horas (de clase a la semana), de esa forma de verdad no te puedes mantener. El reclamo más que nada es que muchos quisieran que las plazas del programa de rejuvenecimiento de la planta académica se les dieran a ellos o que tuvieran privilegios para obtenerlas. Plazas de tiempo completo existen, se pueden acceder a ellas a través de concurso de oposición. Pero las destinadas al rejuvenecimiento, si se la damos a un profesor de asignatura que tiene 30 años de servicio, pues ya no rejuveneció ninguna planta docente.
–¿Se arrepiente de su nombramiento en las direcciones de TV UNAM y Radio Universidad?
–Tv UNAM mejoró mucho sus contenidos, se modernizó. No, no me arrepiento de haber nombrado a Nicolás Alvarado (quien renunció tras sus críticas a Juan Gabriel). Inició una transformación y falta mucho. No ha habido nueva designación, pronto habrá. En el caso de Radio UNAM, estoy reevaluando, pero si uno encuentra que algún colaborador no está dando lo que tiene que dar, uno debe cambiar. No te arrepientes, pero te decepcionas un poco de que no esté funcionando como se esperaba que funcionara. Si eso sucede, hay que cambiar.