Los tiempos cambian.
El desnudo ha sido uno de los temas más controversiales dentro del mundo del arte. Representado desde la prehistoria, éste se convirtió en algo prohibido cuando algunas sociedades lo miraron basándose en premisas religiosas.
Pintores que se atrevieron a mostrar el cuerpo tal y como es, fueron aplaudidos, pero también perseguidos y rechazados. Enseguida te contamos brevemente sobre obras de arte que provocaron todo un escándalo en su época.
La maja desnuda, Francisco de Goya
Este óleo pintado por Francisco de Goya se une a la tipología tradicional de la diosa Venus tendida sobre el lecho. En la obra se muestra a una mujer con los brazos entrecruzados por debajo de su cabeza, mirando al espectador con una leve y sugestiva sonrisa. Según las leyendas, la modelo es la duquesa de Alba, aunque también se ha dicho que es Pepita Tudó, amante del político y noble español Godoy.
Más allá de si era o no el retrato de una duquesa, el cuadro causó un escándalo por la pose atrevida de la modelo, lo cual hizo que la iglesia lo tachara de obsceno. Incluso se cuenta que al saber de la obra, la Inquisición llamó a declarar a Goya ante su tribunal en 1815.
Las tres Gracias, Rubens
Es una de las obras más representativas de Rubens en el que se retrata, a través de los desnudos y de diversos elementos alegóricos, el mito de las tres Gracias; en este caso como deidades asociadas con el amor y la fertilidad.
Tras la muerte del pintor en 1640, el cuadro pasó a formar parte de la colección real española. En el siglo XVIII entró a formar parte de un grupo de obras en las que los desnudos se consideraron ofensivos y se trasladó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Desde allí se llevó al Prado en 1827, donde permanecería por algunos años en la sala donde se colgaron los cuadros de desnudos, hasta que en 1839 se crearon las nuevas salas de pintura flamenca.
El origen del mundo, Gustave Courbet
Considerada como una de las obras cumbres del desnudo femenino en el arte, El origen del mundo (L’ origine du monde) de Gustave Coubert, en un primerísimo plano, y como elemento central muestra en todo su esplendor el sexo velludo de una mujer; el más explícito en la historia de la pintura. Esta, junto con otras piezas que muestran desnudos de mujeres, le valieron al pintor francés críticas por «indecencia» y acusaciones de «ultraje a la moral religiosa».
En 1995, la obra –que fue un encargo del diplomático y coleccionista turco Khalil-Bey- comenzó a ser exhibido en el Museo de Orsay. Por el contenido, se colocó en una sala aparte y se agregó vigilancia permanente, ya que los directivos del recinto temieron por las reacciones del público.
¿Qué exagerados no? Pues en pleno siglo XXI, Facebook censuró la pintura. Un usuario la puso como foto de perfil y, al ser eliminada, pidió una explicación. La respuesta sólo fue que sentían mucho que la red social no “distinga entre lo que es pornografía y lo que es una obra de arte».