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Excélsior

El escritor peruano Mario Vargas Llosa consideró que el régimen cubano tiene «muy difícil» su supervivencia tras la muerte del líder revolucionario Fidel Castro, ocurrida el pasado viernes a los 90 años de edad.

Como la muerte de (el líder soviético Josef) Stalin, de todos los grandes dictadores. Es muy difícil que el régimen sobreviva a la larga a la desaparición del dictador», dijo Vargas Llosa en una rueda de prensa al ser interrogado sobre la figura y el impacto de Castro en la historia y en Cuba.

En el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde está para presentar su última novela, «Cinco esquinas», el escritor opinó que Castro era «quien mantenía más o menos inmovilizada la estructura (del país) y le impedía movilizarse».

No hay nadie que pueda reemplazar a Fidel como el mito, la leyenda o el héroe epónimo en que se convirtió», expuso.

Y es precisamente por ello, que «comenzarán a resquebrajarse poco a poco las estructuras de dominación y control. Y esperamos que el proceso sea rápido e indoloro» para el pueblo cubano, deseó.

Sobre el icono que representa el líder revolucionario, dijo que fue «una persona que deslumbró a mi generación», porque «era como un héroe salido de una novela de aventuras», capaz de derrocar la dictadura de Fulgencio Batista.

No obstante, señaló que el personaje de Castro evolucionó desde la promesa de una revolución «profundamente democrática» a una dictadura comunista, un ejercicio de «gran oportunismo» que le permitió permanecer en el poder, concluyó el ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010.
CINCO ESQUINAS

Tal y como refleja en su última novela «Cinco esquinas», la prensa de hoy padece varios males, desde el control estatal a la prensa sensacionalista y de chismes que viven de entrometerse en vidas ajenas y desprestigiarlas, dijo hoy el nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

La materia prima de ‘Cinco esquinas’ era la de una historia que mostrara esta utilización vil, canalla y delictuosa del periodismo por razones políticas», dijo el escritor peruano durante la conferencia.

Ambientado en los últimos días del Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), este papel del periodismo como herramienta de control viene reflejado en el personaje de Rolando Garro, director del semanario Destapes.

No sé si en otras dictaduras se utilizó (la prensa) de manera tan sistemática como en la de Fujimori. (…) Este tipo de personajes son casi inevitables. Él creó un sistema aprovechando la curiosidad morbosa de conocer la intimidad de las personas.»

Este tipo de periodismo, dedicado a desacreditar a golpe de escándalos a quien fuera contrario al oficialismo, domina «Cinco esquinas», una novela que se define como una mezcla de «thriller» y retrato social, y que no escapa al erotismo.

Pero este fenómeno no se constriñe a etapas de control gubernamental, porque se da «en el primer mundo y el tercer mundo», donde hay «una curiosidad por el escándalo» que daña «reputaciones y prestigios» mediante una distorsión de la realidad.

No hay un país en el mundo donde la frontera entre la prensa seria y la prensa chismográfica (de chisme) sea nítida», consideró Vargas Llosa, autor de clásicos como «La tía Julia y el escribidor» y «La ciudad y los perros».