Ya se va el 2016 y es momento de decirle adiós, de festejar, bailar, reír, agradecer, y reflexionar por todo lo vivido a lo largo de 365 días. Se va el viejo y llegará el nuevo.
Para varias regiones del mundo despedir un ciclo se vuelve una fiesta, pero en Veracruz la celebración de fin de año es muy peculiar, un tanto diferente a otras zonas del país.
«El Viejo» es un personaje que acompañado de música baila por las calles de la ciudad, una tradición que tuvo como origen el conflicto laboral en el área de muelles del puerto jarocho.
El historiador veracruzano, Ricardo Cañas, narra que en 1875 los trabajadores del muelle iniciaron un movimiento de inconformidad porque los administrativos de las aduanas se quedaban y repartían la mercancía que nadie reclamaba.
«Entonces se molestan, se inconforman, surge de ahí un líder, un señor de apellido Bovril que vivía en el antiguo barrio del Panamericano que estaba extra muros donde hoy se encuentra Arista e Hidalgo.
Bovril comienza a hacer este movimiento laboral, exigiendo la gratificación anual que hoy conocemos como aguinaldo, y comienzan a hacer ruido y escándalo afuera de las casas de los directivos de la aduana de Veracruz y lo meten a la cárcel.
Sin embargo, sus compañeros comienzan a hacer ruido en las calles con sartenes y otro tipo de utensilios, recolectando dinero con la gente y obtienen un dinero con el que logran sacar a Bovril de la cárcel».
Un año después los trabajadores del muelle de Veracruz repiten el ejercicio, salen a las calles pero con una característica diferente, en esta ocasión llevaban la imagen de un anciano.
«Y esta figura la van a tomar de la imagen de un almanaque chino, de muchas cosas que llegaban a Veracruz; llegaban los paquetes de almanaques para repartirlos en el país y al verlos tenían una imagen muy bonita de un anciano chino, con unas barbas largas y de ahí toman la imagen para despedir al año viejo, eso sí, con muy buen ritmo».
Y pese a que muchos se adelantan, la tradición marca que «El Viejo se saca un solo día, el 31, el último día del año, por la mañana, medio día y un rato de la tarde (…) Regularmente siempre es hombre, no va una vieja, hoy en día hay una mutación por ahí, ponen también una vieja, más bien parece travesti y a ritmo de batucada, lástima».
Para el promotor cultural David Barquero Martínez lo importante es que no se pierdan los elementos principales.
«Habría que analizarlo a fondo, porque yo creo que realmente más que desvirtuarlo se ha modificado; a lo mejor si valdría la pena que no se pierdan los tradicionales versos, tratar de que siempre estos versos acompañen el pregón de quienes están cantando El Viejo».
Y aunque la tradición dicta que El Viejo sale el 31 de diciembre, hay quienes se anticipan, incluso al ritmo de batucada, desconocen su origen y el significado que tiene.
«Se siente chido», dijo uno de quienes danzan por las calles.
¿Quién te enseñó la tradición?
«De allá de Brasil».
¿Es de Brasil?
«De Brasil y de Veracruz (…) Sacamos mil pesos y lo repartimos entre todos».
«El Viejo», figura icónica seguirá danzando por las calles el último día del año, haciendo ruido y pidiendo dinero para que a los «despistados» no se les olvide que ese fue un movimiento laboral que inició en la zona de muelles del puerto de Veracruz.