Las letras latinoamericanas estarán de fiesta este 2017, pues se conmemora el centenario del natalicio de dos grandes escritores, el mexicano Juan Rulfo y el paraguayo Augusto Roa Bastos, así como el medio siglo de la primera publicación, en 1967, de cuatro novelas de autores de la generación del Boom.
Estas cuatro obras son Cien años de soledad, la pieza cumbre del Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez; Los cachorros, del también Nobel de Literatura peruano-español Mario Vargas Llosa; y Zona sagrada y Cambio de piel, del mexicano Carlos Fuentes.
Sin duda, el mayor acontecimiento literario no sólo para las letras hispanoamericanas, sino universales, es el nacimiento, el 16 de mayo de 1917, del jalisciense Juan Rulfo, cuya obra marcó y sigue influenciando a escritores de diversas generaciones en distintos países.
Rulfo es autor del libro de cuentos El llano en llamas (1953) y de la novela Pedro Páramo (1955), su obra maestra. Comenzó a publicar sus relatos en 1945 en las revistas América, de la Ciudad de México, y Pan, de Guadalajara. En 1958 terminó de escribir su segunda novela, El gallo de oro, que salió a la luz hasta 1980.
A partir de la publicación de los dos primeros títulos, el prestigio literario de Rulfo habrá de incrementarse de manera constante, hasta convertirse en el escritor mexicano más reconocido en México y el extranjero”, se apunta en la página de la Fundación Juan Rulfo, constituida en 1996 por la familia del escritor y
fotógrafo.
Encuestas hechas en México, España, Alemania, Noruega y otros sitios ubican siempre los títulos de Rulfo en un lugar prominente la literatura universal”, se añade sobre este narrador que murió el 7 de enero de 1986.
Por su parte, el novelista y cuentista Augusto Roa Bastos, quien nació en Asunción, Paraguay, el 13 de junio de 1917, es considerado el escritor más importante de su país y uno de los más destacados en la literatura latinoamericana. Ganó el Premio Cervantes en 1989 y sus obras han sido traducidas a 25
idiomas.
Roa Bastos produjo la mayor parte de su obra en el exilio y ésta se caracteriza por el retrato que hace de la cruda realidad del pueblo paraguayo, a través de la recuperación de la historia de su país y la reivindicación de su carácter de nación bilingüe, pues Paraguay también tiene el idioma guaraní como lengua oficial.
El también guionista reflexiona además sobre el poder, tema central de la que él mismo llamó su “trilogía sobre el monoteísmo del poder”, compuesta por las novelas Hijo de hombre (1960), Yo el Supremo (1974) y El fiscal (1993), que conforman el núcleo de su obra. Falleció el 26 de abril de 2005.
Best-seller tropical
Cien años de soledad, publicada por vez primera por la editorial Sudamericana en Buenos Aires, con un tiraje inicial de ocho mil ejemplares, es la novela más gustada de Gabriel García Márquez (1927-2014): ha sido traducida a 35 idiomas, incluyendo el persa y el mandarín, y ha vendido más de 30 millones de ejemplares, según algunos, y más de 50 millones, afirman otros.
Considerada una pieza maestra de la literatura universal, fue catalogada como una de las obras más importantes de la lengua castellana durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Cartagena de Indias, Colombia, en 2007.
Ese año, en el marco de los 40 años de su primera publicación, la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzó, a través de Alfaguara, una edición conmemorativa con un tiraje inicial de 500 mil ejemplares, que se agotó en pocas horas y hubo repetidas reimpresiones.
Además, fue incluida en las listas de las cien mejores novelas en español del siglo XX del periódico ibérico El Mundo, de los cien libros más destacados del siglo XX del diario francés Le Monde, y en los cien mejores libros de todos los tiempos del Club de Libros de Noruega.
En 2012, Cristóbal Pera, entonces director editorial de Penguin House Mondadori en México, que tiene en su catálogo 26 títulos de Gabo, anunció la publicación en formato digital de Cien años de soledad, 45 años después de su lanzamiento. Este proyecto fue realizado en conjunto por este grupo editorial, el sello en lengua castellana de Gabo, excepto en México y Colombia, y la empresa española Leer-e.
Ahora, los lectores de García Márquez están a la espera de que se den a conocer las actividades con las que se festejará el medio siglo de su exitosa vida.
Tres por revalorar
Los cachorros de Mario Vargas Llosa (1936) y Cambio de piel y Zona sagrada de Carlos Fuentes (1928-2012) también son cincuentenarias y, en opinión de diversos críticos literarios, merecen ser revaloradas.
Los cachorros, publicada por primera vez por la editorial española Lumen, en su serie Palabra e Imagen, es una metáfora tragicómica de la sociedad limeña. El tema central es un hecho real que ocurrió en Perú y que Vargas Llosa leyó en un recorte de periódico: la emasculación de un muchacho por el ataque de un perro.
Es decir, la castración, tanto a nivel individual como colectivo, es el eje temático de la novela; una castración no solo física, sino también moral, social y existencial.
A lo largo de sus seis capítulos, que abarcan unos veinticinco años, el protagonista va pasando por todas las fases de la vida: infancia, adolescencia, juventud y madurez, a la que nunca llega psicológicamente.
Por su parte, Cambio de piel, que recibió el Premio Biblioteca Breve, posee una trama que vincula el imaginario mexicano con la cultura occidental y realiza una crítica de los patrones sociales mezclando lo mítico con lo real.
La historia comienza describiendo un viaje que realizan en automóvil, de la Ciudad de México a Veracruz, cuatro personajes que se ven obligados a pernoctar en Cholula (Puebla). Cuando visitan la pirámide del sitio arqueológico, poco a poco se va describiendo la personalidad de cada uno a través de sus propios recuerdos.
De acuerdo con el informe oficial del Ministerio de Información de España, la publicación del libro se prohibió en este país durante la época del franquismo por ser considerada “una obra pornográfica, antirreligiosa, comunistoide, projudía y antialemana”.
Y, finalmente, Zona sagrada parte de las relaciones de Claudia Nervo, gran estrella del cine mexicano, hechicera que también es madre, con Guillermo, para quien su sola condición de hijo es nicho, destino, tragedia y etiqueta social.
Mediante un nuevo lenguaje que aspira a formular la contemporaneidad de la obra, Fuentes emprende la tarea de convertir la utopía y la épica en otra cosa y elaborar un mito a partir de elementos reales.