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Crónica del Poder

El baile del danzón es un arte cargado de tradición que no pierde su vigencia; por el contrario, sigue sonando en las plazas públicas de la capital del estado. El gobierno municipal sigue abriendo espacios para el despliegue del talento de quienes encuentran en él una experiencia que quieren compartir.

Emilio Rivera Valdivia es uno de los bailadores de danzón más experimentados. Para él, no es sólo para personas adultas. Recuerda que “hace como 25 años se organizó aquí en Xalapa un grupito para rescatarlo; iniciamos en el Patio Muñoz, ahí muchos volvieron a tener el gusto por este baile”.

Con ello, en los últimos años, “también ha habido mucha ‘chamba’ para las danzoneras. La primera que venía era de Actopan y de ahí se han venido formando otras, abriendo la posibilidad para que haya más músicos”.

A propósito del espacio que brinda el Ayuntamiento para desarrollar este baile, expresó: “Los danzoneros queremos agradecer a las autoridades, que siempre nos han apoyado prestándonos los lugares, como el Parque Juárez, el Palacio Municipal o Los Berros”.

Irene Fetter Natasky lleva bailando diez años con Emilio. El danzón ha representado para ella “la libertad de poder expresarme. También bailo tango y me gusta combinar ambos, para innovar con pasos y rutinas nuevas. Siempre estoy tratando de actualizarme. Hay que arriesgarse y hacer un baile vivo para que los jóvenes se interesen en él”.

Rafaela Martínez Rodríguez desea “que esta tradición no se llegue a perder, porque bailar danzón es parte de nuestra alegría. Gracias al Presidente Municipal, que nos hace favor de seguir proporcionando las danzoneras y conjuntos. Estamos muy contentos”.

Eusebio de la Cruz ve “muy bien que el gobierno municipal se preocupe por los que somos aficionados: Yo bailo danzón no porque sepa mucho, sino para desestresarme y como ejercicio. A mí me empezó a gustar desde la adolescencia. Soy del norte del estado, de por Álamo. Allá por Cerro Azul, Naranjos, Tamiahua, Tuxpan… se bailaba mucho. No sé bailar bien, pero le intento”.

A Aurora Blanco Cruz le gusta mucho el danzón, por eso está aprendiendo a bailar y quisiera “que aquí en Xalapa el Presidente lo diera a conocer más y hubiera más lugares donde también dieran clases y fuera más accesible para quienes quieren bailar y no saben dónde o no tienen los medios”.

Mario Flores se siente gratamente sorprendido porque el danzón le ha permitido convivir con su esposa y conocer amigos. Con Aurora está aprendiendo de quienes más saben de este arte y apoya la propuesta de su esposa de darlo a conocer más. “Uno viene a disfrutar de la buena música y de la compañía de su esposa y a divertirse. Es muy sano hacer esto”.