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Agencia Informativa Conacyt

Una alimentación sana es el mejor medicamento para la salud de los seres humanos, dijo el doctor Agustín López-Munguía Canales, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2003, durante una conferencia en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El ingeniero químico señaló que “somos lo que comemos” y planteó que “debemos ingerir lo que somos en relación con nuestra cultura y los alimentos que caracterizan nuestra civilización”.

El profesor-investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que la deficiencia en la dieta es la causante de múltiples enfermedades –colitis, obesidad, sobrepeso, diabetes, diarrea, artritis, autismo y arterosclerosis, entre otras–, resultado de su impacto negativo en la microbiota, particularmente intestinal, y el consumo elevado de azúcar, alimento considerado como un veneno que se homologa a las drogas, alcohol y el tabaco.

“La mayor parte de los males que afectan la salud son producto del abandono de una eficiente dieta”, al desecharse el consumo de vegetales y frutas de los alimentos tradicionales por productos procesados, industrializados, que inciden en el estado óptimo de la flora microbiana.

 

“La dieta sana –que debe ser diversa con todo tipo de nutrimentos y de orígenes- previene enfermedades, ya que construye un estado de salud mejor preparado para afrontar padecimientos”, añadió el doctor en Ingeniería Química por el Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas del Toulouse, Francia.

El doctor Agustín López-Munguía Canales recomendó fomentar la ingesta de la comida tradicional –tortillas, frutas, verduras, frijoles, nopales, amaranto, chía, entre otros– clave para una buena dieta contra los hot-dogs, pizzas, hamburguesas y productos procesados.

El doctor Agustín López-Munguía Canales. Foto: UAM Cuajimalpa

El doctor Agustín López-Munguía Canales. Foto: UAM Cuajimalpa

En el Ciclo de conferencias Premios Nacionales en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el también Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de los Alimentos Conacyt 1992 comentó que muchas de las enfermedades, particularmente del sistema inmunológico, son producto de una deficiente inoculación al momento del nacimiento y del desarrollo de una microbiota inadecuada.

Otras investigaciones han evaluado la evolución de los microorganismos de los infantes en su materia fecal, desde los primeros días de su nacimiento, hasta los tres años de edad, que muestran que si el proceso es afectado por diversas circunstancias, se pueden presentar problemas de salud a futuro en el menor.

También hay planteamientos que exponen que gran parte de la ansiedad en términos de ingesta de alimentos tiene que ver con señales enviadas desde la flora microbiana que afectan el comportamiento.

En su ponencia El Impacto de la Biotecnología en la Sociedad. Enzimas, bacterias y salud alimentaria, indicó que si bien el paradigma de los investigadores en décadas recientes fue la producción de bacterias como alimento y como fuente de proteínas para la alimentación animal, el modelo actual de los biotecnólogos es la alimentación con bacterias benéficas para la salud en los intestinos, a través de una alimentación sana.

El especialista en biotecnología industrial, producción y caracterización de enzimas en la industria alimentaria, informó que existen unas mil especies de microorganismos en el cuerpo humano, pero la cantidad resulta mucho más abundante en el intestino, elemento que depende de la región, el clima, la dieta, la edad, los hábitos y la historia.

El hombre está habitado por una gran diversidad de organismos, todos con un papel importante en nuestra salud. La contabilidad celular microbiana se ubicaba diez veces por arriba de las células humanas, pero en términos de genes, el impacto es mayor, existen cien veces más genes microbianos con actividades fisiológicas importantes para el ser humano en el intestino que en las células.

El especialista expuso que planteamientos como la Sociomicrobiología, sustentada por el doctor Peter Greenberg, de la Universidad de Washington, propone que “no hay ninguna faceta de la biología humana que no se vea influenciada por lo que hacen las bacterias de la flora microbiana”, asociadas con la digestión y con el comportamiento.

Este campo científico busca elementos en la microbiota que expliquen la relación con padecimientos. Uno de los impactos más importantes se muestra en el sistema inmunológico, particularmente infantil, afectado por deficiencias en el desarrollo de su sistema microbiótico.

Trabajos desarrollados sobre la flora microbiana de grupos indígenas en el Amazonas y África detectaron que su microbiota es mucho más diversa que la de las poblaciones modernas caracterizadas por pérdida en su diversidad.