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La Jornada

Por mayoría, el Consejo Universitario expulsó a nueve jóvenes de la Casa del Estudiante Nicolaíta y siete más fueron suspendidos un año, por su participación en la pasada toma de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que inició el 28 de agosto y concluyó el 3 de noviembre de 2016.

Los siete alumnos suspendidos por un año eran moradores de las casas de estudiante 2 de Octubre y Rosa Luxemburgo. El rector de la UMSNH, Medardo Serna González, aseveró que el motivo fue por faltas graves cometidas en la toma de las instalaciones y por mostrar total cerrazón en el proceso de negociación.

Fue una toma enrarecida pues, según algunas versiones, sólo unos doscientos estudiantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL) y del Movimiento de Aspirantes y Rechazados (MAR) inicialmente solicitaban mil 200 espacios en la UMSNH. Después de semanas, las autoridades universitarias accedieron a la petición y tampoco aceptaron. Al final sólo un pequeño grupo de alumnos se quedaron en poder de las instalaciones de Ciudad Universitaria, y finalmente, después de 66 días, las devolvieron, sin obtener un solo beneficio.