La casa de Ana Frank, la niña judía que durante la Segunda Guerra Mundial se escondió, junto otras personas en un edificio situado en el canal Prisengracht, de Ámsterdam, Holanda, para escapar de la persecución de los nazis, será renovada durante los próximos dos años.
El museo La Casa de Ana Frank, que oficialmente abrió sus puertas el 3 de mayo de 1960, se ubica en el centro de Ámsterdam y abre todos los días del año en horarios que varían de acuerdo al mes.
El refugio de Ana Frank, actualmente uno de los tres museos más visitados en Ámsterdam, estuvo a punto de ser derribado después de la Segunda Guerra Mundial por ser un edificio deteriorado. Gracias a la movilización de un grupo de ciudadanos, el sitio histórico logró ser rescatado.
En el lugar, donde se exhibe el diario original que Ana Frank escribió entre 1942 y 1944, se detallan las condiciones en las que vivían las ocho personas que se encontraban en la llamada “Casa de atrás”, así como la labor que realizó la gente que los ayudó.
Uno de los rincones más interesantes del recinto, es el sitio en el que Ana Frank y otras personas se escondieron durante la persecución nazi; el museo recrea a detalle los espacios reducidos que ocuparon los habitantes del lugar.
El museo atrajo a 1.2 millones de visitantes de todo el mundo el año pasado.
Cambia para las nuevas generaciones
De acuerdo con un comunicado de la Fundación Ana Frank, la remodelación del museo, que durará dos años, tiene como fin construir una nueva entrada y un espacio extra para actividades didácticas destinadas a «las nuevas generaciones».
La fundación, encargada de gestionar el centro, explicó que el objetivo es mejorar el «contexto histórico» de la casa donde vivía la joven judía mientras se escondía de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Muchos de los visitantes del museo son jóvenes menores de 25 años procedentes de países no europeos, que no suelen conocer en profundidad esta parte de la historia de Europa.
Por ello, es importante que el museo profundice en el contexto histórico», explicó el director general de la Casa de Ana Frank, Ronald Leopold.
Detalló que el museo ofrecerá más información sobre lo que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial y la persecución de los judíos, sobre «cómo pudo suceder esto último y qué significado tiene este acontecimiento» para la época actual.
El proceso de renovación también permitirá ahondar en la vida en clandestinidad de Ana Frank, así como en la historia de los personajes relacionados con la casa.
La casa ampliará su espacio e incluirá en las dependencias del museo los edificios de antiguas viviendas para estudiantes con el objetivo de acoger visitas didácticas.
Las reformas también incluirán la apertura de una nueva y más espaciosa entrada por la plaza Wesstermarkt, una buena noticia para los cientos de visitantes que cada día tienen que hacer largas colas con el objetivo de acceder a la casa.
El museo, aclaró Leopold, «mantendrá, por supuesto, el carácter auténtico de la casa» que acogió a la niña judía alemana que dejó su diario como legado de uno de los periodos más duros y oscuros de la historia de Europa.