Escritores, músicos, familiares y amigos evocarán hoy al famoso novelista colombiano Gabriel García Márquez, ícono de la literatura latinoamericana, a tres años de su muerte en México.
En Aracataca, su tierra natal, recordarán también el medio siglo de Cien años de soledad -entre las obras cumbres de Gabo-, considerada una fiesta de palabras y alegoría de su amada Colombia que usa como pretexto la historia de la estirpe de los Buendía, confirmaron noticiarios.
Varios intelectuales protagonizarán en la tarde un conversatorio para rememorar el legado del aracateño laureado con el Premio Nobel de Literatura en 1982, muy conocido además por ser el autor de El amor en los tiempos del cólera, que el propio García Márquez (1927-2014) definió como su libro más humano; homenaje en el que no faltarán los acordes del vallenato.
Se trata de una fecha muy importante para el mundo, es un día para recordar al maestro de talla universal, comentó a Caracol Radio el director de la Casa Museo Gabriel García Márquez, Rafael Darío Jiménez.
Él se preparó desde muy joven para desafiar el olvido; con su memoria prodigiosa fue el genio que nos devolvió los recuerdos a todos los habitantes de la región del Caribe y a los colombianos en general, no sólo como periodista, como narrador de no ficción, sino también como novelista y cuentista, subrayó el diario El Universal.
En Cartagena de Indias, ciudad que le sirvió de inspiración para algunos de sus textos, organizan un congreso mundial sobre su huella, mientras peregrinos buscan el Claustro de la Merced donde reposan sus cenizas, para rendirle tributo.
Fallecido en abril de 2014 en México, víctima de un cáncer, dejó para la posteridad otras creaciones como Del amor y otros demonios y Crónica de una muerte anunciada.
Un mundo de Gabo, reciente serie documental dirigida por el cineasta Lisandro Duque, regala a los espectadores fragmentos de entrevistas realizadas al novelista en distintos momentos de su existencia, vistas de las calles, cafés y plazas que recorrió y testimonios de personas allegadas como su hermano Jaime, el seismesino de la familia.
Era totalmente gris, cenicienta, la gente vestía de negro y el frío resultaba sobrecogedor para los costeños criados en tierra caliente, al igual que la terrible sensación de la altura, dijo el bardo a la prensa al recordar su primera visita a Bogotá procedente de Aracataca.
Su lenguaje era peligrosamente seductor, con su habilidad de narrador García Márquez pinchó las venas de Colombia, afirmó su coterráneo y escritor Alfredo Molano.