Considerada como una de las ciudades más antiguas que han estado habitadas permanentemente, Erbil es hoy la capital de la Región Autónoma Kurda o Kurdistán iraquí o Kurdistán iraquí y sede del gobierno regional kurdo, además de la cuarta urbe más grande de Iraq, después de Bagdad, Basora y Mosul.
Su fortaleza y sus laberínticas calles forman uno de los cientos de tel (yacimiento arqueológico en forma de montículo, resultado de la acumulación de materiales depositados por la ocupación humana) que poblaron la geografía de la antigua Mesopotamia y que fue coronado por un fuerte otomano.
La ciudadela de Erbil ha sido habitada ininterrumpidamente a lo largo de 6.000 años.
Se desconoce la fecha exacta de la fundación de la capital kurda, hoy en día están arrancando las primeras excavaciones arqueológicas en las que podrían hallarse huellas insospechadas de civilizaciones y culturas.
Su existencia aparece por primera vez recogida en unas tablillas cuneiformes que datan del 2300 a.C., halladas hace cuatro décadas en las ruinas de un palacio de Ebla, una antigua ciudad-estado ubicada a unos 55 kilómetros al sureste de la urbe siria de Alepo.
Durante la Antigüedad clásica, la ciudad era conocida por su nombre en arameo de Arbela.
De lo que no hay duda es que a lo largo de su Historia ha sido hogar de varias civilizaciones: asirios, sumerios, acadios, babilonios o persas. Estos últimos se disputaron esta región con el Imperio Romano.
Bajo el gobierno del emperador romano Trajano, Erbil fue capital de la llamada provincia romana de Asiria, siglos después, resistió el asedio de los mongoles.
Y Erbil también ha sido escenario del martirio los cristianos durante las matanzas de 1295 y 1310.
Durante la Edad Media, Erbil se convirtió en un importante centro neurálgico para el comercio en la ruta entre Bagdad y Mosul, un rol que aún conserva hoy en día.