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Investigadoras de la Facultad de Química de la UNAM crearon un método para degradar plásticos en 15 días, lo que tendrá un impacto ambiental importante, ya que los esfuerzos hasta ahora para reutilizar las toneladas de envases de PET que se generan por refresco y agua embotellada.

La desintegración de ese material tarda normalmente de 500 a mil años y ahora a partir de un tipo de enzimas recombinantes (producidas artificialmente) llamadas cutinasas y un método original es posible hacerlo en tan sólo dos semanas.

Juan Manuel Romero Ortega, coordinador de Innovación y Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que se busca escalar el proyecto del laboratorio a la industria, para saber si funciona a gran escala y transferir el método para futuras aplicaciones en el país.

Detalló que el trabajo de las investigadoras universitarias tiene un impacto ambiental importante, pues la producción de plástico en el mundo alcanzó los 311 millones de toneladas en 2014.

El 90 por ciento de este material se deriva del petróleo y se espera que la producción de plásticos en el planeta se duplique en los próximos 20 años.

En México se generan unas 722 mil toneladas anuales de plástico y sólo se reutiliza 50.4 por ciento.

Las académicas Amelia Farrés González Sarabia y Carolina Peña Montes, del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la UNAM explicaron su proyecto Cutinasas recombinantes de Aspergillus nidulans para degradación de poliésteres, que desde mayo de 2016 está en trámite de patente.

Farrés González planteó que “el plástico ha sido benéfico en muchos sectores, como el de alimentos, que se empacan de manera segura, pero debemos darles un tratamiento para que no sean un problema ambiental”.

Para afrontarlo, Farrés y Peña recurrieron a la biotecnología y crearon un método propio basado en un tratamiento biocatalítico para degradar plásticos, explicó la UNAM en un comunicado de prensa.

El proceso comprende aislar los genes del hongo Aspergillus nidulans, frecuente en suelos y frutas, e introducirlo en la levadura Pichia pastoris, un organismo hospedero muy utilizado como sistema de expresión para la producción de proteínas recombinantes.

Así, las investigadoras comprobaron la degradación, “la enzima rompe los enlaces (ésteres) del PET como si fuera una tijera”, detalló Farrés.

Peña agregó que las enzimas usadas hacen reacciones químicas a temperatura ambiente, en condiciones más suaves que otros métodos de tratamiento de plásticos, como el térmico y el químico.

El tratamiento enzimático que ellas aplican no es contaminante, es más económico y se inscribe en la química verde.

En la actualidad, informó la UNAM, están en planeación los experimentos a gran escala para una planta que permita degradar poliésteres, principalmente tereftalato de polietileno, y recuperar los subproductos.

Esta investigación ganó el tercer lugar de los Premios del Programa al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI) de la Coordinación de Innovación y Desarrollo, en su quinta edición celebrada en mayo pasado.