Lugar:
Fuente:
Excélsior

“La noche estrellada” es probablemente una de las obras pictóricas más famosas de la historia y nació de la mente maestra y perturbada del holandés Vincent van Gogh, quien la creó mientras yacía internado en un manicomio, dos años antes de morir tras pegarse un tiro en el pecho, hace exactamente 127 años, el 29 de julio de 1890.

A diferencia de otros artistas que iniciaron sus carreras creativas a temprana edad, Van Gogh comenzó a pintar a los 27 años, tras haber ocupado algunos trabajos pasajeros que no le satisfacían, como vendedor de arte y misionero en una comunidad minera.

 

«Los comedores de patatas» (1885). Foto: @vangoghmuseum

 

 

Con el corazón destrozado porque las mujeres de las que se enamoró no le correspondían, este hijo de pastor evangelista decidió seguir los pasos de su padre y tras no ser admitido en la Facultad de Teología protestante de Ámsterdam se preparó en uno similar, en Bruselas.

 

«Plaza Saint-Pierre al atardecer» (1887). Foto: @vangoghmuseum

 

Pero, afortunadamente para la humanidad, descubrió que lo suyo no era la religión, sino el arte, la pintura específicamente.

 

«La habitación» (1888). Foto: @vangoghmuseum

 

En 1880, regresó a casa de sus padres con la idea clara de abocarse a la pintura, por lo que comenzó a pintar a gente en situaciones cotidianas, en un estilo crudo, influenciado por pintores realistas franceses como Millet.

En “Los comedores de patatas” (1885) plasmó a una familia reunida alrededor de una mesa con luz tenue, mientras comían las patatas que han cultivado y recolectado.

En febrero de 1887, se trasladó a Arles, Francia, en busca de darle mayor intensidad de luz a sus obras.

 

«Flor de almendro» (1890). Foto: @vangoghmuseum

 

A partir de entonces realizó un gran número de autorretratos, paisajes, pinturas de flores, como “Los girasoles”.

En los últimos años de aquella década despertaron los demonios que lo arrastrarían al precipicio del suicidio.

 

Te invitamos a leer: Planea tus vacaciones a nivel master con estas 17 aplicaciones
 

La noche del 23 de diciembre de 1888, se cortó una oreja en un brote psicótico, luego de que fue abandonado por su colega galo, Paul Gauguin, debido a fuertes desacuerdos sobre la pintura.

El País publicó que la falta de sueño, pésima alimentación y abuso del alcohol contribuyeron a su colapso.

 

«Paisaje en el crepúsculo» (1890). Foto: @vangoghmuseum

 

Aunque superó la herida y el ataque, fue internado en el hospital psiquiátrico Saint-Paul-de-Mausole, en Saint-Rémy, debido a que padecía frecuentes alucinaciones, ataques epilépticos e ideas delirantes.

Pese a su encierro, en ningún momento dejó de pintar, incluso, “La noche estrellada” nació mientras yacía en el manicomio, a finales de 1888, misma que actualmente se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

 

«La noche estrellada» (1888). Foto: @MoMAPS1

 

En este lienzo de 73 x 92 centímetros el mundo se cierne amenazador sobre el artista, en una especie de visión apocalíptica, que representa la pequeñez del ser humano frente a las fuerzas de la naturaleza, hay una tremenda agitación, los astros están a punto de colisionar en un eminente fin del mundo.

Tras salir del manicomio, se traslada a Auvers-sur-Oise, donde recibía tratamiento, pero persistían sus crisis de melancolía, se sentía solo y sin fuerzas para luchar contra las alucinaciones que volvían a aparecer.

Tras haber evaluado el daño que causaría y la intensidad de un sufrimiento que dificultaba su obra, el 27 de julio de 1890 se pegó un tiro en el pecho que le provocó la muerte dos días después, el 29 de julio de 1890.