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24 Horas

El rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, fue electo para encabezar la institución de 2012 a 2018, justo a tiempo para buscar la candidatura a gobernador.

En cinco años esta casa de estudios ha estado inmersa en conflictos políticos, sociales y hasta religiosos, dejando a un lado la academia, que se supone es su principal motivo de ser.

De acuerdo con el Ranking de las Mejores Universidades de México 2017, la UAEM no se posicionó dentro de las diez mejores del país. Apenas consiguió el lugar 21, muy lejos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad de Guadalajara (UdeG); Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL); Universidad De Las Américas Puebla (UDLAP); El Colegio de México (COLMEX); Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

El ranking de las mejores universidades mexicanas toma en cuenta numerosas variables, como lo son la cantidad de profesores, los programas de especialización, la internacionalización e investigación, entre otros.

Cuando inició la gestión de Vera Jiménez, la UAEM ocupaba el lugar 17, permaneció en el mismo sitio durante 2013. Para el año siguiente bajó al lugar 22, un año más tarde descendió al 24 y para 2016, se posicionó en el peldaño 33.

Las altas y bajas que registra la institución obedecen a que su líder, está más pendiente de organizar marchas y pactar “juego limpio” para el proceso electoral de 2018. Fue el 15 de marzo pasado, cuando se reunió con el Obispo de Cuernavaca, Ramón Castro; el Alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco; los diputados federales, Javier Bolaños y Matías Nazario; el senador de Morena, Rabindranath Salazar; el diputado local, Víctor Caballero; el líder transportista, Dagoberto Rivera; el vocero de la Coordinadora Morelense, Gerardo Becerra; y el líder estatal de Morena, Miguel Lucía, todos, a excepción del hombre religioso, interesados en la gubernatura de Morelos.

Este grupo opositor a la actual administración es encabezado por Vera Jiménez quien junto a Javier Sicilia organizaron el pasado 31 de julio, la “Marcha por Morelos”. En apariencia, se solicitaba investigar y castigar a los funcionarios y personajes de la vida política que han participado en actos de corrupción y represión; revisar y cambiar el rumbo y la estrategia de seguridad pública. Castigar a los responsables de las irregularidades en la construcción del Paso Express y concluir el proceso de exhumación de cuerpos en las fosas de la Fiscalía en Tetelcingo y Jojutla.

Sin embargo, la verdadera razón de esta movilización fue pedir el rescate financiero de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, ya que su rector contrató un crédito bancario y comprometió para su pago las aportaciones estatales, sin autorización del Congreso del estado.

Fue el 1 de julio de 2014, cuando Vera firmó a nombre de la UAEM con el Banco interacciones S.A, un préstamo por 450 millones de pesos, a liquidar inicialmente el 13 de marzo del 2018, pero al no contar con recursos, renegoció y comprometió a la siguiente administración de la universidad a hacer el pago el 22 de noviembre de 2022.

Hasta la primer quincena de julio por participaciones estatales, el gobierno de Morelos le depositó a la UAEM, 291 millones 401 pesos de los 537 millones programados, por lo que llama la atención que, por participaciones federales, la Universidad haya agotado el presupuesto anual, al haber gastado mil tres millones de pesos en siete meses, sin que hasta ahora la rectoría haya dado una explicación.

A lo anterior se suma que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinara que la máxima casa de estudios de los morelenses, presuntamente defraudó al Gobierno Federal durante 2013 y 2014, con más de 1,145 millones 431 mil 267 pesos, en recursos provenientes de las Secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Los informes que presentó esta institución académica carecen de veracidad, ya que simularon servicios y adquisiciones; subcontrataron proveedores sin el perfil ni la capacidad técnica, así como materiales y personal; presentaron empresas no localizadas y presuntamente vinculadas con actos irregulares.

Las auditorías forenses realizadas por la ASF, con corte al 31 de mayo de 2016, concluyeron que existen anomalías por lo que se presentaron las denuncias correspondientes ante la Procuraduría General de la República (PGR), para determinar las responsabilidades y sancionar a los funcionarios que presuntamente incurrieron en irregularidades.

Un ejemplo del presunto daño o perjuicio a la Hacienda Pública Federal, es el registrado en 2014, por un monto de 324 millones 632 mil 876 pesos, por la prestación del servicio integral de orientación, promoción, apoyo, organización y evaluación de actividades encaminadas a fortalecer la operación del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, con dos proveedores sin el perfil ni la capacidad técnica y económica; en el cual omitieron vigilar y supervisar el cumplimento de lo contratado, con lo que causaron un daño al erario, toda vez que contrataron y pagaron servicios de los cuales no se tiene evidencia de la realización por parte de los proveedores.

Aunado al presunto fraude a la Federación se suman las anomalías que presenta la nómina de la UAEM; donde el rector, Alejandro Vera, recibe catorcenalmente un monto de 46 mil 631 pesos, es decir, 3 mil 545 pesos diarios, mientras que el poeta Javier Sicilia, obtiene catorcenalmente 42 mil 099 pesos diarios, equivalente a 3 mil siete pesos diarios.

Otro dato que es relevante surge con el nepotismo en la institución académica, ya que la esposa del rector, María Elena Ávila Guerrero, también pertenece a las filas de esta casa de estudios, donde es directora general de dirección de Planeación institucional, con un salario de 27 mil 498 pesos catorcenales.

Los nexos de Vera son con personas con antecedentes penales por el delito de fraude, con quienes no quieren la modernización del transporte en la entidad y con aquellos que se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo, es decir con los que no quieren una sociedad de derechos.