En el First Global Challenge, competencia internacional de robótica realizada en Washington D.C., Estados Unidos, México fue galardonado con una medalla de bronce por su diseño en ingeniería del robot que construyeron estudiantes mexicanos.
México fue representado por un equipo conformado por los estudiantes de la Preparatoria de la Universidad Panamericana (UP), Jorge Ochoa, Guillermo Campos, Antonio Dávila, Alonso García, Eduardo Martínez, Héctor Carrillo, Gerardo Ascencio, y de la Preparatoria del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus San Luis Potosí, Luis Fernando Orta, Andrea Terán y Luis Gerardo Ramos.
Fueron invitados por Fundación Azteca, patrocinador del evento mundial y de For Inspiration and Recognition of Science and Technology (FIRST), para participar debido a su trayectoria y logros en competencias de robótica. El equipo multidisciplinario logró el tercer lugar por el diseño en ingeniería gracias a la creatividad en el uso de los materiales del robot.
RUMBO A MÉXICO 2018
En el encuentro mundial se reunieron estudiantes de 160 países y durante la premiación se anunció que la Ciudad de México será la sede de la edición 2018 de este evento.
La competencia tiene el objetivo de fomentar en los jóvenes la pasión por la ciencia y tecnología a fin de que se involucren más en estas áreas de cara a su futuro profesional.
“Es una gran oportunidad para todos los equipos mexicanos que busquen representar al país el próximo año, pues se tiene que demostrar cómo está posicionado México en materia de robótica”, dijo en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt el mentor del equipo de la UP, Guillermo Campos Guzmán.
Eduardo Martínez Quintana, líder de la parte de mecánica, explicó que para seleccionar a los integrantes realizaron una evaluación interna para saber quiénes eran los más capacitados y mejor preparados para un evento de tal magnitud.
LA DISTANCIA, ¿UNA VENTAJA?
Una de las partes definitorias para el equipo que se formó fue la distancia, ya que unos estaban en la Ciudad de México y el resto en San Luis Potosí, por lo que tuvieron que coordinar y dividir el trabajo para desarrollar el robot que finalmente compitió.
“Las conversaciones vía remota fueron fundamentales para tener una comunicación eficiente de cada uno de los grupos de trabajo”, explicó Héctor Enrique Carrillo Estrada, estudiante de la UP y encargado de la programación en el equipo.
Andrea Terán, del equipo Lambot del ITESM San Luis Potosí, reconoció que en un principio fue complicado trabajar a distancia pero que eso les dio la oportunidad de realizar dos prototipos y al final juntar las mejores ideas de ambos. “Trabajar en dos grupos de trabajo fue más beneficioso porque así cada uno de los grupos desarrolló sus mejores ideas”.
ROBÓTICA CON IMPACTO SOCIAL
La temática de esta competencia giró en torno a que los jóvenes comiencen a pensar en soluciones alrededor de la escasez del agua. “En este caso, la problemática planteada en la competencia fue la contaminación del agua”, explicó Luis Fernando Orta en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
En esta ocasión, todos los equipos trabajaron con el mismo material lo que derivó en que los robots fueran muy parecidos, por lo que la creatividad en el diseño fue un punto muy importante al momento de evaluarlos.
“Lo que nos diferenciaba de muchos otros países es que nuestro robot separaba las pelotas de tres en tres, por lo que eso nos hacía muchísimo más eficientes, además de que nuestros mecanismos funcionaban al cien”, agregó Eduardo Martínez.
El reto consistía en separar las pelotas azules en representación de partículas de agua, de las pelotas color naranja que representaban los contaminantes. El robot tenía que comer las pelotas y separarlas en su interior para llevarlas a un espacio que representaba un laboratorio.